Jueves 3, son las 23,09 de la noche. La Secretaría de Estado de Comunicación -que no de Información- conocida por sus siglas SEC, envía a los periodistas que seguimos la actualidad de Moncloa el siguiente mensaje. Lo reproduzco  completo porque lo considero un espejo sin igual del Sanchismo. Por de pronto, vuelven los viejos tiempos de las consignas a la prensa -¿o quizá no se fueron nunca?-, cuando la autoridad decidía, no sólo lo que es cierto y lo que es falso, sino también aquellas profundas verdades sobre las que deben hablar o escribir los periodistas y aquellos otros temas, naturalmente bulos, mentiras y chascarrillos, que deben evitar. Cada día me gustan más los chascarrillos. En cualquier caso, el Gobierno nos enseña qué debemos escribir y qué debemos evitar.

Por nuestra parte, los periodistas debemos estar agradecidos: lejos de mí, la funesta manía de pensar. Cuando te ordenan la mente no es necesario esforzarte tanto. Y no se corren riesgos.

Y lo más grave, lo realmente grave, es que mensajes como estos sean aceptados por los medios sin que, de inmediato, chirríen las bisagras, sin que se eleven rumores de protesta por la intromisión.

Sánchez no es el Anticristo, no tiene categoría para ello. Su papel es el de profanador habitual, de todos, todas y todes… los principios que unen a los españoles, que son principios cristianos, porque España es hija de la fe

El mensaje es corto, no se lo pierdan porque no tiene desperdicio. Además, es bello e instructivo. Ahí va:

 

Buenas noches. Informamos desde la SEC:
El presidente del Gobierno está centrado en la salida de la pandemia y en la superación de la crisis económica y la agenda del reencuentro con Cataluña. La vacunación es la gran prioridad en este momento y será la que permita una rápida recuperación de nuestro país.
En este sentido, caben señalar dos hitos importantes: mañana mismo se alcanzará la cifra de diez millones de personas vacunadas en España con la pauta completa y en los próximos días el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia de la economía española recibirá el visto bueno definitivo de la Comisión Europea.
Estos son los ejes principales en los que está volcado el presidente y sus ministros y ministras y no en rumores o comentarios, que sólo el presidente podría confirmar.
Cabe recordar que, de acuerdo a la legalidad española, el jefe del ejecutivo tiene en exclusiva la prerrogativa y la iniciativa para formar o modificar su gabinete, sin que un extremo así pueda ser comunicado por otra vía que no sea el propio presidente en el tiempo y forma que determine.

 

Desglosemos los muy presumidos embustes de la SEC, empezando por el final. El objetivo del comunicado es desmentir el rumor sobre un Gobierno que anda a hachazo limpio -entre sus ministros y ministras-, desde que empezó, en diciembre de 2019, entre socialistas y comunistas.

Un gobierno frentepopulista que ha llevado a la sociedad española al guerracivilismo permanente, cuya sonora estupidez y palpable debilidad ha puesto en solfa nuestra fronteras, las externas y las internas.

En cualquier caso, no es el Gobierno quien debe decirle a la prensa si puede hablar de crisis de Gobierno o no, ni de recordarle la obviedad de que es el presidente quien ejecuta los cambios en el gabinete. No, si te parEce, es el ordenanza del palacio de la Moncloa. Ahora bien, los periodistas tenemos todo el derecho, y el deber, de hablar sobre ello.

Pero, ante todo, como dicen los plumíferos ingleses: ningún rumor puede darse por cierto hasta que no es oficialmente negado por el número 10 de  Downing Sreet, residencia del Primer Ministro.

En España ocurre lo mismo: ahora sí que debemos sospechar que está en marcha una crisis de Gobierno en Can Pedro, dado que lo niega Moncloa por comunicado oficial.

La maquinaria de propaganda de Sánchez le presenta como el pacificador de Cataluña: ¿A que no?

Más comunicado. Sánchez está muy ocupado pacificando Cataluña, en un “reencuentro”, palabra que vuelve a mostrar el error sanchista respecto a Cataluña, parte de España: el todo nunca puede reencontrarse con la parte y una separación incumbe a todos los españoles.

Sánchez Se presenta como el pacificador del conflicto catalán. No se da cuenta de que actúa como un agitador, porque los separatistas no quieren un acuerdo “con el Estado español”. Lo que quieren es la independencia y todo el mal posible para la España que aborrecen. El problema catalán es que la idependencia se ha convertido en la nueva religión de muchos, a una descristianización aún superior a la media española.

En cualquier caso, recuerden que en toda la literatura mística, el Anticristo siempre es el pacificador. Pero tranquilos, Sánchez no es el Anticristo, no tiene categoría para ello. Su papel es el de profanador habitual, de todos, todas y todes… los principios que unen a los españoles, que son principios cristianos… porque España es hija de la fe.

Por lo demás, que la gente esté vacunada no significa que la economía mejore, salvo que el Gobierno de un giro copernicano en ‘su’ política económica y reindustrialice España, que no lo va a hacer. También, cuando pase a defender la pequeña propiedad privada -que es la que ahora mismo está destruyendo- y acabe con la España subvencionada… que es la que está forjando día a día, con un Estado macrocefálico que asfixia al autónomo y al emprendedor. Y tampoco saldremos de la crisis mientras Sánchez y Teresa Ribera nos arruina con su economía verde.

Por lo demás, eran las 23,09 de la noche del miércoles y todo está en orden en Moncloa, impasible el ademán.