El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se ha mostrado partidario de eliminar el artículo 56.3 de la Constitución Española que señala que "la persona del rey es inviolable y no está sujeta a responsabilidad" e incluso va más allá, para asegurar que el propio jefe del Estado “no tendría problema alguno" con esta reforma constitucional.

Sánchez responde así en una entrevista con TVE y otros medios (Antena 3, Telecinco, La Sexta, Telemadrid, Efe TV y Canal Historia) con motivo del 40 aniversario de la Constitución Española que este jueves celebrará precisamente junto al monarca en un acto en el Congreso de los Diputados al que asistirá además el rey Juan Carlos I.

Ante la pregunta "¿la inviolabilidad del rey se ha quedado vieja?" el presidente contesta “sin duda”, para añadir posteriormente que para la eliminación de este precepto constitucional se precisa una reforma agravada de la Constitución, esto es, un procedimiento muy rígido reservado a materias particulares y especialmente sensibles y para el que es necesario la aprobación por dos tercios en el Congreso y el Senado. Una vez aprobada, se disuelven las Cortes y se convocan elecciones y las nuevas Cortes resultantes deben después ratificarlo por mayoría simple, para llegar a un último trámite: la convocatoria de un referéndum.

El jefe del Ejecutivo considera que en esta legislatura no hay tiempo para reformas constitucionales "en profundidad" pero sí cree que hay "suficiente consenso" para reformas "puntuales" que pueden hacer "pedagogía" entre los parlamentarios para una futura reforma constitucional. Para Sánchez, la reforma de la Carta Magna no es un fin en sí misma, sino un "mecanismo" para "reconstruir", "recomponer", "revigorizar" e "incorporar consensos rotos o desgastados" como consecuencia de sus 40 años de vida.

La eutanasia atenta contra el Artículo 15 de la actual norma fundamental: "Todos tienen derecho a la vida y a la integridad física y moral"

"Yo no aspiro a arreglar todos los problemas de nuestra generación. Arreglamos algunos y las próximas generaciones que arreglen los suyos", recalca, antes de citar cuestiones que podrían formar parte de futuras reformas como la sanidad, profundizar en la igualdad de género, el medio ambiente y la eutanasia.

O sea, que el presidente socialista aboga por una reforma constitucional... anticonstitucional, pues la eutanasia atenta contra el Artículo 15 de la actual norma fundamental:  "Todos tienen derecho a la vida y a la integridad física y moral, sin que, en ningún caso, puedan ser sometidos a tortura ni a penas o tratos inhumanos o degradantes. Queda abolida la pena de muerte, salvo lo que puedan disponer las leyes penales militares para tiempos de guerra".

También pone como ejemplo y como "buen punto de arranque" la reforma de los aforamientos y aboga por la "redefinición" y la "culminación" del modelo territorial. Considera que las “grandes virtudes” del modelo de descentralización incluido en el título VIII de la Constitución ha derivado en "debilidades".

En su opinión, esa culminación del modelo territorial no significa "desagregar", sino "fortalecer" estructuras autonómicas, "garantizando y salvaguardando la igualdad entre los españoles" y "reconociendo la diversidad de cada uno de los territorios".

Sánchez: Si al final hay una reforma, la gente que conformó el 15M debe sentirla como suya

En este punto, Sánchez lanza una pregunta: ¿Para qué sirve el Senado, honestamente, ahora sirve para algo? Y contesta: “Si actualmente tenemos una crisis territorial y hay que terminar de culminar el modelo territorial, lo lógico es que el Senado sea el lugar donde eso se debata”. De esta forma, Sánchez apuesta por una redefinición de papel de la Cámara Alta en España.

Además, el presidente es partidario de que las protagonistas de una hipotética reforma constitucional sean las mujeres y señala que de la misma manera que los protagonistas en el año 1978 fueron los padres de la Constitución "estaría bien que hubiera unas madres".

Cree, por otro lado, que si se reforma el texto constitucional debería conseguir un objetivo, que todos los que salieron a la calle en el movimiento del 15M sientan la nueva Constitución como suya. “Hubo un 15M en este país que fue una respuesta completamente constructiva a un malestar social que en otras sociedades se tradujo de otra manera con movimientos reaccionarios o antisistema. Aquí la gente salió a la calle y se puso a debatir sobre cómo mejorar el país. Si al final hay una reforma, la gente que conformó el 15M debe sentirla como suya".

No ve a los jóvenes "saliendo a la calle y diciendo abajo la Constitución", y ante la pregunta de si cree que hay presión social para hacer una reforma, señala que existe una "conciencia" sobre la necesidad de "regenerar la vida institucional política económica y social como se hizo hace 40 años". "La España de 2018 no es la de 1978", concluye el presidente del Gobierno.