• La Corte Suprema falla a favor de la compañía surcoreana y le exime de pagar 279 millones de euros.
  • Es lo que quedaba de la multa impuesta por un jurado en 2012, pues abonó 548 millones en 2015.
  • No es el fin de la batalla judicial: el caso de las acusaciones de plagio vuelve a tribunales inferiores.
  • Pero sin duda el fallo es una buena noticia para Samsung tras el desastre del Galaxy Note 7.
  • Mientras, la familia Lee estudia abrir la puerta al fondo Elliot Management y dividir la compañía en dos.
Samsung respira, pues EEUU está de su lado, por ahora, en la disputa de patentes que mantiene con Apple desde 2011. La Corte Suprema estadounidense ha fallado a favor de la compañía surcoreana: le exime de pagar 279 millones de euros a la manzana mordida en el plagio de diseño por ser características muy pequeñas de los dispositivos. Esta cuantía es lo que le quedaba a Samsung por pagar de la multa que le impuso un jurado en 2012, la cual ascendía en total a unos 866 millones. Y es que en 2015, la firma surcoreana ya entregó 548 millones a Apple. El fallo no supone el fin de la batalla judicial entre las dos tecnológicas, pues ahora el caso de las acusaciones de plagio vuelve a los tribunales inferiores. La disputa surgió en 2011, cuando Apple demandó a Samsung por plagiar la apariencia de sus dispositivos móviles, en concreto tres características patentadas: aspecto redondeado de las esquinas, diseño del bisel que sujeta la pantalla al resto del teléfono y disposición de los coloridos iconos de las aplicaciones en la pantalla. Pero sin duda el fallo de la Corte Suprema de EEUU es una buena noticia para Samsung tras el desastre del Galaxy Note 7. Recuerden que dicho modelo de smartphone se recalentaba en exceso y podía provocar quemaduras, incendios e incluso explosiones. La compañía tuvo que dejar de fabricarlo y venderlo, una decisión que en un primer momento provocó la pérdida de 15.300 millones de euros en bolsa. Mientras, la familia Lee estudia abrir la puerta al fondo de capital riesgo Elliot Management, que está inmersa en líos sucesorios desde que el fundador de Samsung, Lee Kun-Hee, sufriera un infarto en 2014. Asimismo, está encima de la mesa la división de la compañía en dos (una sociedad controlante y empresas operativas). Esta última noticia provocó una gran alegría bursátil: las acciones lograron su mayor nivel desde que saltaron al parqué en 1975. Cristina Martín cristina@hispanidad.com