Sacyr ha logrado aguantar en el primer semestre gracias a la estrategia de centrarse en el negocio concesional. Y es que ha aumentado sus ingresos un 3,5%, hasta 2.079 millones de euros, y también su Ebitda, que es la clave, un 10,4%, a 347,9 millones. Y la bolsa se lo ha premiado: la cotización ha subido un 4%. 

La crisis del coronavirus apenas ha afectado a sus concesiones y la actividad constructora ya muestra “absoluta normalidad”, y en servicios, el auge de los esenciales ha compensado la paralización de los de restauración. Por negocios, el de concesiones ha sido el que más aumentado sus ingresos, a 500,71 millones (+13%), que aportó el 45,5% del Ebitda (y hasta el 77% al sumar las concesiones de otras áreas de negocio); la división de ingeniería e infraestructuras ha facturado 1.217,82 millones (+4%) y la de servicios, 556,9 millones (+1%).

Por negocios, el de concesiones ha sido el que más ha aumentado sus ingresos, a 500,71 millones (+13%)

El grupo de infraestructuras y servicias que preside Manuel Manrique ha visto reducido un 12,9% su beneficio neto, hasta 70,12 millones, pero por causas que escapan de su control. En concreto, por el impacto negativo de 18 millones debido a los malos resultados y la evolución bursátil de Repsol (de la que tiene una participación del 8%) y por la provisión de 30 millones ante el Covid.

Sacyr también ha conseguido reducir la deuda corporativa (-5,8%, a 841 millones), por lo que el pasivo del grupo se ha situado en 4.528 millones (-5%). Por su parte, la cartera de contratos y proyectos pendientes de ejecutar ha cerrado el semestre en 39.445 millones, de los que 27.614 millones corresponden a concesiones.