• Fue el propio presidente el que insistió en seguir en el banco luso a pesar de la oposición interna.
  • No sólo no se fue sino que el Sabadell acudió a la ampliación, elevando su participación al 5%.
  • La apuesta ha salido cara: en el primer trimestre ya le obligó a provisionar 70 millones de euros.
  • La puntilla para escapar ha sido la toma de control del fondo chino Fosun, principal accionista.
La aventura del Sabadell en el banco portugués BCP ha terminado más tarde de lo previsto y no bien, aunque las minusvalías son reseñables únicamente porque las ha reseñado el banco español, tras la colocación acelerada de su participación del 4,08%. Se reducen a 8,3 millones. Eso sí, a la venta ha seguido la factura en bolsa para el BCP, con una caída del 10%. La operación se esperaba, entre otras cosas, porque Portugal dejó de ser un área estratégica para el grupo tras su entrada en Reino Unido (TSB). Pero ha sido el propio presiente, Josep Oliu (en la imagen), quien ha insistido en lo contrario, convencido de que Portugal ya había caído todo lo que podía caer. No sólo eso. El Sabadell, que entró en BCP en el año 2000, no sólo se ha mantenido en el capital sino que acudió a una ampliación de capital en 2013, aumentando su participación del 3% al 5%, aunque con la oposición interna a la postura defendida por Oliu. Un año antes, 2012, el banco luso había recibido un rescate de la UE de 3.500 millones. Obviamente, en el Sabadell esperaban que el banco remontara, algo que no ha ocurrido, y no le ha quedado más remedio que irse. Dicho de otro modo, han constatado que el sector bancario luso está peor de lo que pensaban. Es la razón que le obligó a provisionar 70 millones en el primer trimestre para ajustar su valoración. El Sabadell ha comunicado la operación en un hecho relevante a la CNMV. La liquidación de la venta tendrá lugar el 15 de diciembre mediante la entrega de las acciones contra el pago de su precio al banco español, que mantendrá  en torno al 0,14%, o sea, testimonial, del capital de BCP. Da continuidad así al acuerdo firmado en 2000 para dar servicio a sus clientes en los dos países. El detonante para dejar su presencia ha sido la entrada en el capital (16,7%) del fondo chino Fosun, que se ha convertido en el principal accionista con la intención de llegar al 30%. Rafael Esparza