Ryanair ha ganado 1.020 millones de euros en su último ejercicio fiscal (cerrado el pasado 31 de marzo, un 29% menos que el año anterior. Pero no solo eso, sino que se trata de su peor resultado en los últimos cuatro ejercicios y casi tres veces inferior al del holding IAG (2.897 millones).

A la vista de todo esto, resulta bastante lógica la reacción del mercado: las acciones de la low cost irlandesa han bajado más de un 3%. El CEO, Michael O’Leary, ha culpado a la guerra de precios en los billetes en Europa. Eso sí, el beneficio hubiera sido aún más negativo si se hubieran tenido en cuenta las pérdidas de 139,5 millones de la aerolínea austriaca LaudaMotion, que fue adquirida el pasado julio.

La facturación asciende a 7.560 millones gracias, en gran parte, al aumento de los ingresos auxiliares y de pasajeros

Sin embargo, la facturación ha ascendido a 7.560 millones (+6%), gracias, en gran parte al aumento de los ingresos auxiliares (ventas a bordo, recargos por equipaje y tarifas de embarque prioritarias), que han crecido un 19%, hasta los 2.400 millones. Por su parte, el crecimiento de la capacidad en las rutas de corta distancia y la ausencia de la Semana Santa en su cuarto trimestre abarató la tarifa aérea un 6%, a 37 euros, “lo que estimuló un crecimiento del tráfico del 7%”, hasta los 139,1 millones.

Ryanair ha confirmado que su junta directiva ha aprobado el comienzo de la recompra de acciones por 700 millones y que mantiene su “total confianza en los aviones Boeing 737-MAX. Eso sí, prevé que las ganancias del próximo ejercicio sean “planas”, en función de si hay acontecimientos negativos relacionados con el Brexit.