• El Kremlin considera el despliegue de 330 marines de EEUU en Noruega una amenaza militar directa.
  • Por ello no duda en amenazar al país, que podría ser un objetivo nuclear.
  • Noruega se unió a la OTAN en 1949, pero garantizando a la antigua URSS que nunca permitiría que las tropas extranjeras se estacionaran allí.
  • Mientras, la Alianza sigue reforzando su presencia militar en Europa: ahora en el Mar Negro.
  • Paralelamente, tras la cancelación del repostaje de la flota de guerra rusa en Ceuta, Rusia acusa a EEUU y la OTAN de equivocarse de enemigo en la lucha contra el terrorismo yihadista.
Como saben, vivimos un contexto de segunda Guerra Fría y con los países tomando medidas cibernéticas y militares, ante los tambores de una nueva guerra global y el temor cada vez mayor de una III Guerra Mundial. Esta vez nos centramos en Rusia y la OTAN, que se mueven entre preparativos y amenazas, pues EEUU sólo vive para las elecciones del próximo martes (y con sospechas de fraude incluidas). El Kremlin ha considerado el despliegue de 330 marines estadounidenses en Noruega una amenaza militar directa. Así lo ha señalado Frants Klintsevich, un vicepresidente del comité de defensa y seguridad ruso, en el canal TV2 ruso. Además, ha advertido que por dicho motivo Noruega podría ser un objetivo nuclear. Esto no es baladí. Noruega se unió a la OTAN en el año 1949, pero sólo después de garantizar a la entonces URSS que nunca permitirían que las tropas extranjeras se estacionaran allí. Y claro, el hecho de ser anfitrión de 330 estadounidenses incumple dicha garantía. Mientras, la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) sigue reforzando su presencia militar en Europa, en especial en los países que tienen frontera con Rusia. En julio, aprobó el despliegue de 4.000 soldados en los países bálticos (Estonia, Letonia y Lituania) y en Polonia -donde además tiene un escudo antimisiles- y en la reunión de octubre, habló de incrementar su presencia en el Mar Negro. Como saben, en esta zona ya hay una flota rusa y militarizar aún más la región en este contexto de altas tensiones podría ser muy negativo: un accidente podría provocar un gran incendio (recuerden el hundimiento del Maine en 1898, que aceleró la guerra hispano-estadounidense en Cuba). No queremos un nuevo Maine. Paralelamente, no olviden el pulso entre Rusia y OTAN por la flota de guerra rusa liderada por el portaaviones Kuznetsov, que atraviesa el Mediterráneo rumbo a Siria. Al final, la semana pasada, Putin canceló su repostaje en Ceuta por las quejas de la Alianza. Pero el pasado martes, el ministro de Defensa ruso, Serguéi Shoigú, acusó a EEUU y la OTAN de equivocarse de enemigo en la lucha contra el terrorismo yihadista y afirmó: "Es hora ya de que nuestros colegas occidentales decidan contra quién luchan en realidad: contra los terroristas o contra Rusia". Cristina Martín cristina@hispanidad.com