• El director financiero, Christophe Cros, alude incluso ¡al traslado de sede a Madrid! para proteger su actividad.
  • El valor se desploma un 16% tras el profit warning pero la crisis en el grupo francés poco tiene que ver con Aguas de Barcelona.
  • Todo para tapar el mal de altura en Engie por las tensiones en el cuartet: Macron, Mestrallet, Kocher y Chaussade.
  • Recuerden que el español Ángel Simón mantiene el control de más de la mitad del negocio.
  • Caixa-Criteria ¿va a comprar o vender su participación del 6,9%? Parece más lo segundo.
Al grupo francés Suez no le ha quedado otra que revisar a la baja sus objetivos para 2017, pero para explicar el entuerto, a su director financiero, Christophe Cros, no se le ha ocurrido nada mejor que colgar el muerto a los "gastos específicos" asumidos en el último trimestre (45 millones). No sólo eso; esos gastos, añadió ayer martes, están relacionados con "la situación particular" del grupo España y con las "dificultades operativas" por dos contratos en India y Marruecos. Lo más sorprendente, no obstante, fue la explicación de Christophe Cros del peor pronóstico -medido en una caída del beneficio operativo (EBIT) del 2%, 1.280 millones-, que tiene que ver, ojo, con la "incertidumbre" provocada el procés catalán "que pesa en las decisiones públicas sobre inversión y las negociaciones arancelarias". Eso y poner en duda al equipo gestor es lo mismo. No hace falta ser muy avieso, sin embargo, para entender que las explicaciones son algo más complejas y que afectan a bastante más que los gastos por el traslado a Madrid de la sede de Aguas de Barcelona, su filial, a la que se refirió expresamente Cros. Eso es mucho decir, como quien dice -valga la redundancia-, sobre todo porque un simplista modo de cargar el mochuelo para explicar una situación desfavorable (de previsión de EDI positivo a negativo), tiene más enfoques. En bolsa, más fría, la reacción ha sido un castigo contundente, del 16%, que se suma, ojo, a la pérdida que arrastra desde hace 10 meses, del 40%. En el caso de Suez afectan tanto a su crisis interna, a los roces entre el presidente Macron y el poderoso empresario francés Gérard Mestrallet (en la imagen, segundo) y a las relaciones entre Caixa-Criteria y Suez, propietaria de Agbar y en cuyo consejo de sienta Isidro Fainé (tercero, en la imagen) por la participación del 6,9% de la española en el grupo francés. La crisis en Suez va más allá, lo que explica su evolución en bolsa, por la ralentización  económica en Europa, que impacta en la más poderosa empresa de gestión de aguas, sobre todo Agbar, y residuos, y también por la mala digestión de la compra de la filial de agua General Electric para conquistar el mercado industrial (se gastó 3.000 millones). Y a eso se une la suspensión de los proyectos de Casablanca (Marruecos) y Bombay (India) por incumplimientos. Pero a eso se unen las tensiones internas en Suez, provocadas por las reticencias de Macron con Mestrallet, presidente de Engie (antes Suez-GDF) -que controla su vez Suez Environnement (32%)-, en la que el Gobierno francés tiene un 30%. La animadversión viene de atrás, de la etapa de Macron como ministro de Economía. Quiso entonces fusionar Engie y EDF, para crear una gran energética gala con activos nucleares (EDF) y gasistas (Engie), pero chocó con Mestrallet. Lo intentó después, con el nombramiento de Isabelle Kocher como consejera delegada (mediados del año pasado), pero tampoco funcionó. De ahí el plan para fulminar a Mestrallet, mediante una fusión de Engie y RWE, del que informó Hispanidad, aprovechando las buenas vibraciones en el eje franco-alemán. La pelea en Suez se juega en esos tres nombres (Macron, Mestrallet, Kocher), al que se une un cuarto, el director ejecutivo de Suez Environnement, Jean-Louis Chaussade (primero, a la izquierda). El director adjunto de Suez en España es Ángel Simón (cuarto, a la derecha) presidente ejecutivo de Agbar, del que depende más del 50% de la actividad del grupo, no el área de residuos, que depende directamente de Chaussade. Caixa Criteria salió de Agbar, en 2014 (tenía un 24,14%), a cambio del 7% de Suez Environnement, su aliado en la catalana, y el 15% en Aigues de Barcelona. Es la razón de la presencia en el Consejo de la francesa de Isidro Fainé. La duda, ahora pero viene de atrás (el compromiso era cuatro años de permanencia), es si Criteria mantendrá esa participación del 6,9% en Suez o la venderá, como está ocurriendo con otras participaciones industriales como Abertis. Parece más lo segundo, que las puede vender. Rafael Esparza