Dice RTVE telediario del sábado- que “14 religiosas concepcionistas “desaparecieron” cuando se las llevaron de su refugio un grupo de milicianos”. ¡Qué cosas!: las hacen prisioneras milicianos socialistas, ancestros del PSOE, de Podemos y de ERC, los mismos que hoy reclaman memoria histórica y resulta que, para la tele oficial, la de Pedro Sánchez, se trata de “desaparecidas”. Vaya usted a saber quién las asesinó. A lo mejor ‘desaparecieron’ porque colgaron los hábitos y se marcharon con el fontanero. De estas monjas no este puedes fiar.

De las mártires concepcionistas asesinadas por los milicianos y beatificadas poseemos hasta fotos de sus cadáveres pero son... desaparecidas

Esto es el Sanchismo. Un ambiente de mentira continuada, negación de la evidencia y recreación de la historia, al estilo del 1984 de George Orwell. Es la entronización de los verdugos socialistas, comunistas y anarquistas de 1931, cuya resurrección ideológica tuvo lugar el día de la moción de censura que llevó a la Moncloa a Pedro Sánchez (allí votaron todos unidos, incluidos los proetarras) y que ha llevado a reescribir la historia, precisamente en nombre de la memoria y a que las asesinadas concepcionistas, asesinadas por pura cristofobia, aparezcan ahora como “desaparecidas”, probablemente porque se confundieron de dirección y tuvieron un ataque colectivo de amnesia. Señora Rosa María Mateo: hay que ser muy miserable para vomitar los telediarios del pasado fin de semana.

La COPE de los obispos colabora con la confusión: mártires de entre 1936 y 1939: ¿quiénes serían los autores de la matanza de esos mártires?

Para entendernos: la democrática II República fue un hervidero de homicidas con todo aquel que fuera católico y/o de derechas. Y pasando de lo abstracto a lo concreto, quien quiera reconocer por qué se beatifica a estas mujeres y cuál era el ambiente real sobe el que versa la memoria histórica, debe leer los tres artículos publicados en Hispanidad por el catedrático de Historia Contemporánea de la universidad de Alcalá de Henares, Javier Paredes:

  1. El asesinato por milicianos de 12 concepcionistas madrileñas, a las que se persiguió con especial saña… por el hecho de creer a Cristo y amar a Cristo, con homicidas muy progres, incluso excuras progres, como el repugnante Pablo Sarroca, de postre maltratador de mujeres, todos ellos incursos en los círculos socialistas y comunistas de la época.
  2. El asesinato de las otras dos concepcionistas del Monasterio de El Pardo (con fotos incluidas), perseguidas y torturada antes de ser eliminadas.
  3. El artículo publicado el domingo 23, sobre la tortura, violación y asesinato de las enfermeras de Somiedo, que no eran religiosas sino laicas, y que refleja, con carácter cuasi notarial, lo que fueron aquellos años de la España republicana, esa que ahora se nos pone como ejemplo: una España homicida… de izquierdas. Es decir, el progresismo homicida y cristófobo, que no comienza en 1936, sino en 1931.

¿El cristiano actual debe perdonar el progresismo homicida de 1931, al que Pedro Sánchez alaba? Sí, debe perdonar, pero no mentir

Pero para colaborar con las mártires, la COPE, el medio de los obispos españoles, por boca de su maestro ideológico, José Luis Restán, se refería, durante la jornada de beatificación de este pasado fin de semana, a los mártires del periodo 1936-1939. ¿Qué pasaría en aquel trienio y ya desde 1931? A lo mejor, amigo Restán, fue un viento de locura que asoló a España… presumiblemente ventolera fascistoide.

Y a todo esto, ¿el cristiano de 2019 debe perdonar los asesinatos del PSOE, del PCE y de los separatistas del momento, perpetrados durante el periodo de la II República y la Guerra Civil? Por supuesto que sí. Pero perdonar no significa mentir.

Y por cierto, también Vox, si realmente quiere representar a los católicos españoles, debería olvidarse, este fin de semana, de las quisicosas de su diputado Francisco Serrano, y centrarse más en la beatificación de los mártires concepcionistas, pues la historia de la cristofobia, señor Santiago Abascal, no nació con ETA. Viene de mucho más atrás.

En cualquier caso, yo no sé porque Pablo Iglesias se empeña en controlar RTVE. Rosa María Matero la controla mucho mejor en su nombre y en el de Pedro Sánchez. RTVE es el Gran Hermano de España.

Y oiga: es que hay mucho desaparecido suelto. Y hasta desaparecidas.