• Ha sido una de las dos exigencias de Ciudadanos para empezar a negociar con el PP. La otra, también resuelta, las seis condiciones de regeneración y anticorrupción.
  • Pero todo depende de Sánchez, que sueña con ver cómo se estrella Rajoy en su investidura, como le pasó a él.
  • Al presidente le cuesta ser preciso y al líder socialista le cuesta una barbaridad no volver a decir lo mismo.
  • Y por medio, Iglesias, que vuelve a plantear un "Gobierno progresista", provocando una puntualización del PSOE.
Al fiasco de la comparecencia del miércoles de Mariano Rajoy (en la imagen), ha seguido otra, este jueves, no mucho más precisa, pero con dos novedades importantes: que el presidente estaba dispuesto a presentarse a la investidura, y que comienza a negociar con Ciudadanos. "Hoy estoy en disposición de acudir a la sesión de investidura", ha explicado Rajoy por la mañana. Dicho y hecho. Por la tarde, ha trasladado esa misma disposición a la presidenta del Congreso, Ana Pastor, y después ha llegado el anuncio: la fecha de investidura, exigencia también del PSOE, será el próximo 30 de agosto. Son precisamente las cuestiones a las que le había dado largas el día anterior, levantando no pocas críticas, sobre todo porque dejaban en el limbo la esencia de la convocatoria del Comité Ejecutivo del PP, un suspense que ha durado una semana. Y es que algo ha cambiado, a pesar de que Rajoy sigue haciendo de Rajoy. Todo, después de la reunión esta mañana con el líder de Ciudadanos, Albert Rivera. Habrá sido un encuentro "muy cordial", como ha señalado el propio presidente, aunque en un tono muy serio. Y en tono serio también, pero más distendido, ha comparecido Rivera, que sólo le ha faltado decir que bromas, las justas. Y así, ¡oh cielos!, sabemos algo más de lo que el jueves era un misterio: la fecha de investidura y que empiezan a negociar mañana. "He pedido dos cosas a Rajoy -ha dicho Rivera-: que el PP firme el pacto anticorrupción y que de hoy no pase que fije la fecha de investidura". Dos condiciones para empezar a negociar sus seis condiciones, valga la redundancia. Dicho y hecho, como decía. El propio Rajoy ha confirmado su disposición a decírselo a la presidenta del Congreso, y finalmente, tras la conversación entre ambos, lo ha anunciado Ana Pastor. "Todos queremos que haya un Gobierno lo antes posible", ha dicho ésta. ¿Se disipa así la convocatoria de unas terceras elecciones? Eso es harina de otro costal, pero todo indica que no. La investidura depende de que Pedro Sánchez cambie el no por la abstención, y eso, de momento, parece un imposible. Sabemos ya, que no es poco, la fecha del debate. La idea de Rajoy es aprovechar, una vez más, su conversación con a Sánchez, para pedirle, de paso, que se deje de gansadas para evitar unas terceras elecciones. El bloqueo político sigue, algo que ha querido dejar claro también Dolores de Cospedal. Otra cosa es que cada candidato busque un culpable. Pero hay algo más en este impasse: que Pablo Iglesias, ¡oh cielos!, ha roto su silencio sepulcral para decir que no tira la toalla para "un Gobierno progresista en España" y que había hablado de ello con Sánchez. El líder de Podemos da por hecho el fracaso de la investidura de Rajoy, y eso da alas a buscar alternativas. ¿Llegará otro frente popular? Esa posibilidad ha generado cierta polémica. Tanta que el PSOE ha tenido que aclarar en una nota que "en ningún caso Sánchez ha abordado con ninguna otra formación política la negociación para la formación de un Gobierno alternativo ante el hipotético fracaso del señor Rajoy". Mañana más. Andrés Velázquez andres@hispanidad.com