El Gobierno cerrará tres pistas de esquí de Navacerrada, un nuevo ataque contra la propiedad privada… esta vez por el cambio climático y la alta presión turística y recreativa de la zona. En concreto, se cerrarán las pistas de Escaparate, Telégrafo y Bosque, las correspondientes a la parte baja, pero se mantendrán otras cuatro -las de la parte alta- en la zona.

El Organismo Autónomo Parques Nacionales (OAPN), que depende del Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico que dirige la vicepresidenta cuarta, Teresa Ribera, ha decidido no renovar la concesión que se otorgó hace 25 años a la empresa Puerto de Navacerrada Estación de Esquí y que finaliza el próximo 3 de abril.

Las tres pistas se encuentran en una zona que cuenta con diversas figuras de protección: linda con el Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama (PNSG) y con el Área de Especial Protección de este; la toma de agua del arroyo del Telégrafo está al inicio del tramo del río Eresma, declarado como Reserva Natural Fluvial del Alto Eresma; y también están la Reserva de la Biosfera Real Sitio de San Ildefonso - El Espinar; la Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA) y la Zona de Especial Conservación (ZEC) Sierra de Guadarrama. Unido a todo esto, el Departamento de Ribera ha aludido a que la cantidad de nieve se ha reducido un 25% desde 1970 por el cambio climático en la zona y la temperatura ha aumentado, por lo que el OAPN considera que la renovación de la concesión no es viable. Además, alude a la alta presión turística y recreativa que sufre la zona, que soporta “un grave problema de saturación y de acceso que, en ocasiones, suponen un problema de orden público y aportes de residuos sin una solución clara para su recogida y evacuación”.

Y ojo, porque se obliga a la empresa Puerto de Navacerrada Estación de Esquí a desmantelar todas las instalaciones de las tres pistas antes del 30 de octubre: tres telesillas y sus construcciones complementarias, el sistema de innivación artificial (depósito, compresores, conducciones de agua y aire, toma de agua, y cañones de nieve artificial), un remonte tipo tapiz rodante que se instaló sin autorización. Asimismo, esta empresa no tiene derecho a recibir cantidad económica alguna una vez terminado el plazo establecido para desarrollar su negocio, “debiendo dejar el beneficiario la zona afectada en la forma que se determine por el Centro Montes de Valsaín, sin que por todo ello tenga derecho a formular reclamación alguna ni a percibir indemnización de ninguna clase”, explican los términos de la concesión de hace 25 años. Es decir, debe devolver la zona a su estado original y hacer replantaciones de árboles. 

Todo ello sucede en un año en que el negocio del esquí en España está en una delicada situación por las restricciones de movilidad debido a la pandemia del coronavirus y la crisis económica que ha provocado. Y ojo, porque el asunto no es baladí y podría sentar precedente: cerrar, obligar a desmantelar y hacerlo con cargo al expropiado... No suena muy bien, aunque esta vez sea por el cambio climático... y lleva a pensar en la siguiente viñeta. 

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