La principal conclusión de la encuesta del CIS, que el pasado jueves 4 inundó la prensa española es que el Covid ha provocado una mala leche entre los españoles que no es ni medio normal. Mala leche con el vecino, no con la autoridad, porque el miedo a la muerte del que habla la encuesta ha provocado una sociedad pastueña que sólo se rebela contra el rebelde, contra el que se niega a la sumisión… porque quiere seguir siendo un hombre libre.

La neurosis colectiva ha alcanzado tal grado que la única solución -lo dice el CIS y lo dice el sentido común, dos realidades que no siempre caminan unidas- consiste en reírse del virus… para no caer en la locura, porque, no sé si se han dado cuenta, pero nos estamos volviendo todos claustrofóbicos, irritables, maleducados, misántropos y, en general, chiflados. Y lo ratifica el CIS.

La España sumisa de hoy sólo se rebela contra el rebelde, contra aquel que pretende seguir siendo un hombre libre

El CIS ha declarado el Estado de neurosis nacional, así que declare usted el Estado de alerta irónica contra quienes se aprovechan del Covid para esclavizarle.

Fíese de la ciencia -de la verdadera ciencia- pero confíe solo en Dios. Ríase de los serios, los rigurosos, los responsables y demás majaderos esclavizados. Recuerde que, en Valencia, han investigado las heces de un perro para localizar a su insolidario dueño. Y cuando esto ocurre, hay que detenerse y tomarse un tiempo para reflexionar.

Fíese de la ciencia -de la verdadera ciencia- pero confíe solo en Dios. Ríase de los serios, los rigurosos, los responsables y demás majaderos esclavizados

El Estado de histeria nacional ha llegado a quebrar el principio mismo de causalidad, sin el cual el hombre pierde su condición racional. Nadie sabe, y menos que nadie las autoridades sanitarias españolas, casi nada sobre el virus, ni si el modo de vida absurdo al que nos obligan detiene la infección. Por ahora, las restricciones no han conseguido detener el Covid, pero los ‘bienpensantes’ progres lo esperan, desde hace un año, para mañana mismo. Es decir, que se ha impuesto el poco científico método del “¿No querías caldo? Pues toma dos tazas”.

El Estado de histeria nacional ha quebrado el principio de causalidad. Así que, por nada del mundo deje de rezar con buen humor: teología y sensatez

Así que, por nada del mundo deje de rezar con buen humor: teología y sensatez. La única forma de evitar la neurosis colectiva en la que andamos atrapados. Fíese de la ciencia pero sólo confíe en Dios. Tiene usted que elegir entre fiarse de Cristo o de Fernando Simón. Algunos lo tenemos claro.

Al Covid se le combate con buen humor: lo dice Tezanos, nunca dude de José Félix. Negarle sí, es de sensatos, pero dudar de él, eso es de fachas. No sea usted fascista.