Reyes Maroto, ministra de Industria Comercio y Turismo tiene una función que a cumplir: templar el radicalismo latente del Gobierno Pedro Sánchez. Y es que en Moncloa empiezan a sospechar que el electorado medianamente coherente puede no darse por satisfecho con trasladar los huesos de un tal Francisco Franco, enterrado hace más de 42 años.

Defiende, teóricamente, un impuesto a la banca para pagar las pensiones

Por eso, Maroto ha defendido en la Universidad Menéndez Pelayo Menéndez Pelayo de Santander (Curso APIE) que una de las posibilidades, sólo una más, para pagar las pensiones consiste en cascarle un impuesto finalista a la banca. ¿Qué otra cosa podía decir cuando había sido presentado en enero por Pedro Sánchez, deseoso de aparecer ante las cámaras de TV (ahora, ya en Moncloa, no sabemos dónde está) con cualquier noticia.

Y más: Maroto asegura que esa decisión debe tomarla el Pacto de Toledo, donde sabe que se funciona con unanimidad y por tanto, no va a haber acuerdo.

Luchar contra los pasivos subiéndole los impuestos a los activos: ¡genial!

¡Ah!, no se renovará el PIVE, se supone que ninguno de los PIVE, porque según ella no hay demanda creciente de automóvil. Eso es cierto, aunque se trate de hacer de la necesidad, virtud.

Al final, toda la intervención de la ministra y todas las preguntas a las que respondió pueden resumirse en la frase que delata su actitud: “Somos un Gobierno que no pretende ninguna disrupción”.

No habrá más planes PIVE. De hecho, no habrá nada

Entre otras cosas, porque todo lo que criticábamos sobre política económica del PP no era tan malo (“ya hemos dicho que la reforma laboral no se va a derogar”)… y porque todo lo que proponíamos en política social… nos da miedo hacerlo. Incluido trasladar los huesos de Franco.

A lo mejor tenían más suerte rompiendo el Concordato España-Santa Sede. Eso siempre vende.