Reyes Maroto es ministra de Industria, Turismo y Comercio, pero habla tanto de energía que suple por momentos a la titular de esa cartera, hoy Transición Ecológica, con Teresa Ribera. Hispanidad ha aprovechado su presencia en desayuno en Forum Europa, de Nueva Economía Fórum, para preguntarle por el nuevo impuesto al diésel en 2019, a contracorriente de lo que plantea la industria del motor, muy crítico con la medida, entre otras cosas porque el diésel contamina menos que la gasolina.

Maroto, sin embargo, ha evitado una respuesta concreta y se ha resguardado en “el trabajo de cerca y activo con el sector”, lo que no deja de ser un guiño, otro más, a un sector al que tiene poco contento, como quien dice.

El Gobierno está pendiente del automóvil, ha asegurado, y por ese motivo aprobó una moratoria a la implantación de la nueva normativa sobre homologación de consumos y emisiones (WLTP), más que un gesto, aunque no se ha reconocido, para una transición ecológica ordenada. El WLPT ha sido, por cierto, uno de los motivos por que los que las matriculaciones han caído un 17% en septiembre (69.129 unidades), según el comunicado de Anfac, tras  el "incemento excepcional de entragas", por ese motivo también, en los meses de julio y agosto. En el año, la subida es del 11,7%, hasta 1.042.672 unidades.

En la misma línea, Energía trabaja en introducir cambios en la figura del “contrato de relevo”, incluida en la reforma laboral de 2013, que afecta singularmente a las plantas de fabricación de automóviles. Es algo necesario para renovar plantillas envejecidas, un problema que tiene la fábrica de Volkswagen Navarra, aunque no es un caso aislado.

Maroto anuncia otra Ley de Industria que «responda al siglo XXI» y a la senda de la cuarta revolución

Maroto ha insistido en el compromiso del Gobierno con la innovación en el sector y “vamos por el buen camino”, ha asegurado. Del mismo modo que en definir un modelo de “fiscalidad verde”, apelativo en este caso que prefiere la propia industria, aunque ésta se queja también de la guerra iniciada contra los vehículos diésel.

Al margen de este sector, Reyes Maroto ha anunciado nuevas iniciativas entre generalidades. Se le escapa poco porque su discurso quiere abarcar mucho. Habla de la agenda feminista de su cartera como si fuera el no va más, de la inevitable subida de impuestos cuando se hace para blindar las políticas sociales, de la amenaza proteccionista de Trump, aunque el problema sea del pequeño comercio.

Quiere que la contribución al PIB de la industria sea de, al menos, el 20% (el 10% es el motor) con «más herramientas»

En el terreno de lo concreto, ha anunciado una nueva Ley de Industria “que responda al siglo XXI, no al XX, como la 1992”. El objetivo es que la industria gane peso en España para que su contribución al PIB sea de al menos el 20%, como pide la UE (el 10% corresponde al sector del automóvil), dotándola al mismo tiempo de “instrumentos” para afrontar el reto de la cuarta revolución industrial, marcada por el avance tecnológico y la digitalización.

El abanico es muy amplio: afecta a la educación, con una formación profesional dual, más adaptada al proceso productivo y también al pequeño comercio (el de proximidad), que corre el riesgo de evaporarse si no se adapta al desafío comercial del dar el salto a Internet. Prepara en ese sentido un observatorio sobre digitalización que descubras las debilidades tecnológicas.

La matriculaciones caen un 17% en septiembre por la norma de medición de emisiones, que adelantó las ventas al verano

También ha anunciado medidas más concretas, como la referida del contrato de relevo o una reforma de la Ley de Marcas que facilite la lucha contra las falsificaciones y la piratería, sin olvidar una nueva regulación sobre las viviendas turísticas. Todos esos desarrollos, en cualquier caso, necesitan del apoyo del Parlamento, aunque ha lamentado “el bloqueo” al que lo somete la Mesa del Congreso.