La patronal madrileña (CEIM) se ha impuesto en la Cámara de Comercio de Madrid, una de las cámaras con más peso, y ha cesado al director general, Carlos Prieto Menéndez, y parte del equipo. Prieto está vinculado a la entidad desde hace casi doce años, primero como subdirector y desde 2015, como director gerente. El 31 de mayo termina la relación laboral de Prieto. La decisión llega apenas un mes después de la elección de Ángel Asensio como presidente, que sustituyó en el cargo a Juan López-Belmonte, presidente de Laboratorios Rovi, pero tiene una explicación: la creciente influencia de la CEIM y, más en concreto de su presidente, Juan Pablo Lázaro, con ambiciones que van más allá de la corporación de titularidad pública.

La razón esgrimida está en los sueldos. Vamos, que cobraban demasiado, aunque no hay ninguna queja a su buena gestión. Hay que tener en cuenta las dificultades económicas que ha atravesado la Cámara estos años, tras los cambios en el modelo de financiación, especialmente tras la desaparición en 2010 de las cuotas obligatorias y el rastro dejado en etapa de Arturo Fernández.

La cúpula de la Cámara ha hecho las cuentas y ya no es lo que era tras la supresión de las cuotas obligatorias

Con todo, dicho, en la última etapa, la de López-Belmonte, la Cámara ha dado la vuelta a las cuentas, al pasar de las pérdidas en 2015 (seis millones de euros) y 2016 (casi un millón) a beneficios, aunque mínimos, 27.000 euros, el año pasado.

Tras la última renovación, la patronal madrileña, con Lázaro al frente, se ha hecho más fuerte, y sus aspiraciones, por cierto, están más allá. Ha sido uno de los grandes críticos de la gestión de Juan Rosell en la CEOE, a cuya presidencia ha aspirado, sin éxito porque ha tropezado en sus planes con Antonio Garamendi, presidente de Cepyme, que tiene todos los boletos para suceder a Rosell.

Juan Pablo Lázaro, gran crítico de Rosell, mira a CEOE, pero Garamendi se le ha cruzado

La influencia de Lázaro en la Cámara de Madrid quedó en evidencia tras los resultados de las elecciones camerales de abril. De hecho, siete de los nueve miembros del Comité Ejecutivo pertenecen a CEIM. También el propio presidente Asensio, un conocido empresario del sector textil (Confecciones Asensio y presidente de Fedecon) asociado también a la Cámara desde hace años, el vicepresidente segundo, Augusto Castañeda, y el tesorero, Francisco Ruano.

La nueva cúpula de la Cámara ha hecho ya sus cuentas para hacerla viable económicamente. Es cierto que el presupuesto actual apenas supera los 20 millones de euros, nada que ver con los más de 100 millones que llegó a manejar en otras épocas, cuando las cuotas eran obligatorias.