Después de una semana frenética en la que han pasado por el regulador la mayor parte de las sociedades del Ibex-35, esta semana post fiesta de Todos los Santos restan algunas no menos importantes como la que nos ocupa este martes, por el culebrón que dura ya bastantes meses a propósito del proyecto de fusión con Liberbank, que en estos tiempos de ‘reagrupación por la supervivencia’, podría llevar a la entidad resultante al quinto puesto del ranking de entidades nacionales.

Ya habíamos visto en los pasados trimestres la gestión que la entidad dirigida por Manuel Azuaga estaba haciendo para contener las pérdidas generadas por las provisiones extraordinarias como consecuencia de la crisis del Covid, a golpe de extraordinarios. En este trimestre, al igual que en las entidades que hemos visto hasta ahora, el foco se ha centrado en las dotaciones extraordinarias, que en el caso de Unicaja han sido por 166 millones de euros (M€). Y por la agudización de la crisis del margen de intereses, que estaba ahí latente en el sistema financiero, pero que con esta crisis ha vuelto al foco y que en su caso ha supuesto -10M€ (-2,3%) respecto al obtenido en 2019. Unicaja registra descensos en ingresos por intereses (-6,1%), con moratorias en los créditos concedidos que, además, no se compensan con la reducción del 17,8% en los costes de financiación por las líneas de liquidez desplegadas por el BCE para mitigar el impacto de la pandemia.

Las bajadas de ingresos por dividendos, por motivos evidentes de la situación económica general, concretadas en las comisiones en el caso de Unicaja (170M€), también han descendido un 0,8%. Las ventas extraordinarias de carteras de inversión elevan de forma ligera los ROF en un 3,1%, pero los ingresos netos por contratos de seguros han descendido en 4M€ respecto a 2019. El margen bruto pierde 25M€ en comparación al pasado ejercicio (–3,2%).

En estos días se ha sabido que el Santander, por medio de uno de sus fondos, ha reducido su participación en Unicaja un 1,95% y ha pasado del 4,95% al 3% de la entidad andaluza con el objetivo de realizar beneficios por el impulso en este segundo intento

Difíciles los equilibrios que están teniendo que hacer las entidades financieras para mantener su cuenta de resultados, y el foco se está poniendo de nuevo en las aparcadas reestructuraciones de costes de plantillas, cierres de oficinas, informatización de procesos y cambios en los hábitos financieros de los clientes, están haciendo aflorar este problema hasta ahora solucionado a medias. A la espera del resultado de la pretendida fusión con Liberbank, que aflorará de forma más rotunda este problema, estos costes se han reducido en lo que llevamos de ejercicio un 5,6%, (16M€) que, junto con los 12M€ menos en gastos generales de explotación, han dejado el margen de explotación en 331M€, los mismos que en el mismo periodo de 2019, a la espera de la ‘poda’ que le han supuesto las dotaciones extraordinarias de 166M€ por insolvencias extraordinarias. Así es como Unicaja ha bautizado a la limpieza del cajón de los riesgos financieros sin deteriorar que tenían las entidades financieras que hemos visto hasta ahora en sus baúles, y que han aprovechado el río revuelto de la crisis de la pandemia para su saneamiento. Por otra parte, ha registrado 64M€ menos por saneamientos y otros resultados, principalmente por el descenso en los ligados a adjudicaciones. Normal, ya que prácticamente asciende al 63% la cobertura de los 1.117M€ del valor bruto de las mismas.

Así, el resultado neto a fin del trimestre ha sido de 77M€, un 51,4% inferior al del 2019 y sin tener en cuenta las provisiones extraordinarias por el Covid, el resultado hubiese sido un 21,7% superior.

Mirando ratios, los saldos dudosos (1.290M€) descienden un 18% respecto a 2019 con un ratio de cobertura del 65,9%, un 13,9% superior al pasado ejercicio. Dato relevante es el paso a fallidos de 32M€ y hubiese estado bien facilitar el dato del volumen de la moratoria concedida en los primeros trimestres y su evolución.

El ratio LTD se sitúa en 66,66%, 8,5 pp por debajo del de 2019, y el de cobertura de liquidez LCR, en 311%, el 19% por encima del registrado en el mismo periodo de 2019, con 5.011M€ tomados de las líneas del BCE, que son 1.708M€ más que al cierre del pasado ejercicio.

En cuanto a la solvencia, el ratio CET1 Fully Loaded se sitúa en un cómodo 14,69%, +0,9% interanual por la aplicación de exclusiones transitorias aplicadas por el regulador en esta crisis.

En la Junta General del lunes se aprobó la reducción del 1,89% del capital (305M€) para la amortización de su autocartera y la dotación de reservas por 77,5M€ provenientes de los dividendos no repartidos del pasado ejercicio por las recomendaciones del BCE.

Veremos si las recomendaciones del BCE en cuanto a fusiones se respetan, en especial la de que el que más aporta más manda, y no nos vemos en otro chasco como el de el anterior intento en el que la guerra de egos frustró la operación. Mientras, a río revuelto... En estos días se ha sabido que el Santander, por medio de uno de sus fondos, ha reducido su participación en Unicaja un 1,95% y ha pasado del 4,95% al 3% de la entidad andaluza con el objetivo de realizar beneficios por el impulso en este segundo intento.

Los resultados han sido bien acogidos por el mercado -ha cerrado la sesión bursátil subiendo un 2,25%-, principalmente por los obtenidos durante el tercer trimestre, con un alza del 9,2% del margen de intereses y del 8,1% de las comisiones, respecto al segundo trimestre.