A los buenos resultados, este miércoles, se une también Repsol. La petrolera cierra los tres primeros trimestres con un beneficio de 2.171 millones de euros (+37,1%, respecto de igual periodo de 2017), traducidos en bolsa con un avance superior al 4%, con una subida del Ibex 35 del 1%. Los accionistas ven crecer el beneficio por título en casi un 39%. Es una buena noticia para ellos.

El resultado bruto de explotación (Ebitda) aumenta un 21,6% y el resultado financiero negativo se reduce un 76%. Han sido las dos palancas que explican el magnífico incremento final de los resultados (en el documento adjunto).

De puertas adentro, sin embargo, la propuesta del consejero delegado, Josu Jon Imaz, es aumentar el peso en el negocio eléctrico -con los mismos criterios que hasta ahora, rentabilidad, en activos no regulados y bajos en emisiones- porque se han quedado cortos en los cálculos para aumentar la capacidad de generación a 2.950 megavatios y 750.000 clientes.

No hay una decisión tomada al respecto, pero el CEO va a por todas, básicamente porque el negocio petrolero, que proporciona buenos resultados, es menguante en el tiempo o tiene fecha de caducidad.

La continuidad en la presidencia de Antonio Brufau cuatro años más, en ese sentido, hace que el momento actual sea el mejor para dar más pasos en esa dirección. Tiene dinero en caja, tras la salida de Naturgy, el mismo con el que ha financiado también la compra de Viesgo y la construcción del parque fotovoltaico extremeño de Valdecaballeros.

Las dos palancas de Repsol: el Ebitda crece un 21,6% y reduce un 76% el resultado financiero negativo

Las cuentas de Repsol, salvando las distancias de sector, recuerdan mucho a las presentadas, este miércoles también, por Telefónica, pero con más decisión y fortaleza. Nos explicamos.

Repsol ha mantenido su balance a pesar de una disminución de la inversión (-6,1%) que figura en el mismo y ha reducido su pasivo en un 2,3% a largo plazo y en un 1% el a corto. Además, ha aumentado el patrimonio neto un 4,8%. Todo ello le ha permitido mejorar su posición líquida (+138%) y aumentar su tesorería (+15,2%).

Hasta aquí, parecido a Telefónica, pero con mucha más fuerza. A diferencia de la compañía de telecomunicaciones, han crecido, como indicábamos antes, sus resultados de actividad, algo que no ocurre en la anterior.

El aumento de la liquidez se ha apoyado en dos palancas paralelas, que explican el incremento del resultado: un aumento fuerte proveniente de las actividades de explotación de la compañía (+21,6%) y la desinversión de más de 4.000 millones de euros, que ha permitido la reducción de la deuda antes apuntada.

Por áreas, la de 'upstream' aporta casi un 84% más al resultado, mientras la 'downstream' cae un 3,6%

Las actividades principales en que divide la petrolera su negocio no se han comportado, sin embargo, de manera homogénea. Mientras la de upstream ha crecido casi un 84%, la de downstream se ha visto reducida en un 3,6%, si las medimos por su contribución al resultado del grupo.

Además, mientras que la primera actividad ha incremento sus resultados trimestre a trimestre, el resultado de la segunda ha caído de manera significativa entre julio y septiembre tras dos semestres estables.

De este modo, upstream ha pasado a representar el 40% de los resultados cuando hace un año lo era del 25%. Bien puede decirse que el incremento de la actividad de upstream explica el incremento de los resultados del negocio que tanto han incidido en las buenas cifras finales, junto con la política de desinversiones y reducción de deuda. Habrá que estar atento a esta sustitución de actividades para seguir la evolución de la compañía.