• Pero recomenzar por construcción no tiene por qué ser una buena idea.
  • Tras deshacerse de las concesiones, el patriarca no se resigna a la jibarización.
  • Y la cosa con Tomás García Madrid no ha terminado bien.
En efecto, Juan Miguel Villar Mir ha vuelto (en la imagen). Y la cosa no ha acabado muy bien con Tomás García Madrid, seguramente el Ejecutivo con el que mejor se ha entendido siempre el patriarca. Los resultados a septiembre, y así será en un futuro próximo, estarán marcados por la venta de concesiones, pieza clave en el ebitda del Grupo. Porque claro, Villar Mir se ha enfadado con García Madrid por lo que consideraba un saneamiento desproporcionado, con ventas, no ya de la joya de la corona, sino del mismo corazón del Reino. Ahora, el patriarca ha regresado y quiere revitalizar o resucitar OHL. Hacerlo por la vía de construcción, que sólo tiene salida en el extranjero y con márgenes cada vez más ajustados, puede no ser la mejor idea pero él ya lo ha hecho en el pasado y quiere repetir. Y no por ello el proceso de sucesión ha concluido. Hablamos de OHL pero también del grupo Villar Mir. Esa es la cuestión. Eulogio López eulogio@hispanidad.com