Ibercaja genera un beneficio neto de 91,4 millones de euros al cierre del tercer trimestre de 2019, un 26% más que hace un año para igual periodo, gracias a algunos aspectos que merece la pena analizar.

Examinando la cuenta de resultados publicada este miércoles por la entidad, vemos que las comisiones hacen crecer los ingresos recurrentes alcanzando los 703,2 millones de euros, no pudiendo decir lo mismo del margen de intereses. Este último cae un 0,8% en sintonía con los tipos de interés negativos que estamos viviendo a día de hoy y que no se pueden trasladar con la misma intensidad a los depósitos de clientes. Si a ello le sumamos que el resultado de operaciones financieras (ROF) ha caído de 42,3 millones a 17 millones, como consecuencia de las cada vez menores caídas de los tipos de interés, el margen bruto de la entidad pierde un 2%, situando la cifra en 729,9 millones.

No obstante, el enorme recorte en gastos de explotación, hace que el resultado antes de saneamientos crezca un 23,8%, situándose en 288,7 millones. Y es que la entidad se ha quitado de encima los gastos extraordinarios correspondientes al Expediente de Regulación de Empleo que pesaban 55,5 millones hace un año.

En cuanto a la gestión de Ibercaja, los recursos de clientes siguen en aumento, un +3,3% en el año (1.871 millones), superando ya los 58.600 millones de euros en total. Este aumento viene dado, principalmente, por los activos bajo gestión y seguros de vida (+1.665 millones), siendo el resto una diferencia positiva entre depósitos a la vista (+869 millones) y depósitos a plazo (-662 millones).

Los fondos de inversión crecen un 9,6% en lo que va de año, alcanzando los 13.500 millones de euros, y según los datos de Inverco, la entidad alcanza una cuota de mercado del 5% nunca antes saboreada. Para hacerse una idea, un 45% de los fondos son mixtos o de renta variable, y otro 45, de renta fija y garantizados.

Está claro: con tipos de interés muy bajos hay que buscarse la vida. Los productos fuera de balance (fondos, seguros…) generan comisiones

La cartera de crédito cae en lo que va de año en la mayoría de sus componentes. Dentro de particulares, hipotecas y consumo se dejan un 2%; y el crédito a empresas cede un 1,6% ya que, a pesar de que las inmobiliarias han tenido un buen comportamiento, no es suficiente para quedar en positivo. Sin embargo, el sector público ha compensado estas variaciones dejando a la entidad apenas como estaba, en -0,3%. Por otro lado, la cartera ALCO, caracterizada por un bajo perfil de riesgo y compuesta principalmente por deuda soberana, pasa de 7.972 millones a 6.650 millones de euros.

La regulación de solvencia se ha convertido en una auténtica competencia desleal que favorece el crédito al sector público en detrimento del privado, lo que, unido a los tipos negativos, genera una estructura de remuneración del riesgo de crédito al sector privado que desincentiva prestarle.

En cuanto a calidad de los activos, los créditos dudosos pasan de 2.275 millones a 1.524 millones, y los adjudicados, de 767 millones a 701 millones. Esto hace que los activos problemáticos caigan en suma un 26,9%. Por lo tanto, vemos una mejora en la tasa de morosidad hasta el 4,6%, cuando la media del sector se sitúa en 5,2%.

El nivel de solvencia de la entidad, medido por la ratio CET1 Fully loaded, de 11,4% y, por la ratio de capital total de 15,5%, superan en más de 300 puntos básicos los requerimientos del regulador.

Buenas cifras, en cualquier caso, para Ibercaja, que se sitúa como una de las que más captaciones netas de fondos obtiene en territorio español.