Parece que Naturgy ha decidido sanear su balance para mostrar exactamente lo que las cosas valen. Así, este jueves ha presentado unos resultados de 2018 negativos de 2.822 millones de euros, o lo que es lo mismo, un descenso del 308% de los de 2017, que fueron positivos (1.360 millones).

El mercado, sin embargo, se lo ha tomado muy bien y luego veremos por qué. Así, con una caída del Ibex 35 superior al 0,5%, y una superior al 2% en el caso de Santander, a pesar de los excelentes resultados -en las propias palabras de la entidad-, la acción de Naturgy sube casi un 1,5%.

Sin las pérdidas por el deterioro del valor de los activos, el aumento del beneficio hubiera sido del 50%

El mercado ha agradecido el ejercicio de sinceridad y considera que a partir de esta corrección, los resultados y rentabilidades futuros de la energética debieran ser muy satisfactorios.

El margen bruto apenas ha crecido (+0,3%) y el resultado bruto de explotación lo ha hecho un poco más (+3%). La explicación de la fortísima caída de los resultados, así las cosas, está en las amortizaciones y pérdidas por deterioro del valor de los activos, que han aumentado un 270%, hasta 6.007 millones.

La entidad reconoce haber corregido el valor de determinados activos, de manera extraordinaria, en 4.851 millones de euros. El balance, tras esa corrección, ha quedado realmente saneado. De no haberse realizado, el beneficio habría crecido un 50%, que no cabe duda de que es un buen resultado.

La generación de liquidez del negocio ha crecido un 4,1%, un dato positivo que unido a las fuertes desinversiones realizadas en el ejercicio (2.607 millones de euros), han permitido a la compañía generar disponibilidades liquidas en 2018, a diferencia de lo que ocurrió en el ejercicio anterior y multiplicar el pago de dividendos a los accionistas en un 76%.

Naturgy ha generado un 4,1% más de liquidez y las desinversiones le han aportado 2.607 millones

El efecto conjunto de esas dos grandes decisiones -ajustar el valor de los activos y desinvertir en las áreas menos rentables del negocio- han reducido fuertemente el tamaño del balance de la compañía (-14%) y de su endeudamiento bruto (-10%).

En pocas palabras, el mercado ha acogido bien los resultados de Naturgy porque ha entendido que lo importante no es el tamaño del balance sino el del dividendo. Los accionistas quieren dividendos, los consiga usted con herramientas grandes o pequeñas. La pasión por las herramientas grandes ha llevado a veces a situaciones muy inoperativas, donde no se obtienen beneficios, que es donde está e interés de los accionistas. Otra cosa es el riesgo de descapitalización, negada por Francisco Reynés.

El tamaño del balance se ha reducido un 14% el endeudamiento bruto, un 10%

No estaría mal una revisión de los valores que otros muchos grupos empresariales aplican a sus activos, muy en concreto a los fondos de comercio de sus participadas.

No cabe duda de que durante la crisis se pagaron precios excesivos por muchos negocios que están lastrando las rentabilidades de esos grupos que, además, no se atreven, como sí ha hecho Naturgy, a reconocer unos nuevos valores más ajustados a la realidad.

Lo sorprendente en todo esto es el papel de los auditores, para que las cosas parezca que valgan lo que diga el cliente (o el informe del experto que ha contratado el cliente).