• Catalunya Caixa reduce un 75% su beneficio, hasta 122,8 millones, en parte por la ausencia de extraordinarios.
  • La entidad se pliega a la 'solvencia' y reduce el margen de intereses hasta 424,9 millones, aunque mejora un 3,2% el resultado de explotación.
  • Con la venta de oficinas ha rebajado un 18,8% los gastos de explotación, hasta 529,1 millones.
  • Es la entidad que más dinero ha costado rescatar al Estado después de Bankia y su ex cúpula está imputada.
  • El 11 de abril celebrará su última junta de accionistas. Será entonces cuando lo absorba el BBVA.
Poco brilla en los resultados de Catalunya Caixa (CX) de 2014 comunicados a la CNMV, que caen un 75%, en parte por la ausencia de extraordinarios -en 2013 le aportaron 337 millones-, pero con una fuerte reducción de su negocio típico bancario. La entidad catalana fue adjudicada en julio del año pasado a BBVA, que se temía lo peor. Estamos, por tanto, ante las cuentas del último ejercicio de José Carlos Pla (en la imagen) en la presidencia de la entidad. La última junta de accionistas será el 11 de abril. Ahora está controlada en un 98,4% por el FROB (el resto está en minoritarios, un 1,2%, y en autocartera, un 0,4%). Los planes de BBVA son completar la absorción en estos dos meses. CX, es preciso recordarlo, ha sido la entidad que más ayudas públicas (12.050 millones) ha recibido para su rescate, después de Bankia. Y a eso añadan los avales por valor de 10.760 millones y el traspaso a la SAREB de activos por importe de 18.610 millones. Esta última ayuda es difícil de cuantificar, pero no deja de ser una ayuda. Y el BBVA, que recibió el visto bueno para la compra en diciembre, la adquirió por sólo 1.187 millones. ¡Qué cosas!

Servido este panorama, ahora llegan sus últimos resultados. Catalunya Caixa redujo su beneficio de 502,4 millones en 2013 a 122,8 millones el año pasado, con un retroceso de los márgenes. En concreto, el margen de intereses bajó un 15,1%, según la entidad, como consecuencia de reducción del activo. En otras palabras, CX optó por reducir el negocio típico bancario (la relación entre créditos y depósitos) por las exigencias del FROB antes de venderlo al BBVA. Su prioridad, como reconoce la propia entidad, está en la solvencia y la liquidez. O sea, no gana por créditos y arrastra una tasa de morosidad del 12,3%. Esa esa la razón que haya ingresado un 27,1% menos por los productos financieros (hasta 1.215, millones) y que haya recortado un 32,2% los costes financieros (un 32,3%, hasta 790,8 millones). No obstante, mejora un 3,2% el resultado de explotación antes de dotaciones, hasta los 129,5 millones.

También desciende el margen bruto, un 15,2% (de 777 millones en 2013 a 658,6 en 2014), afectado por la caída en la misma proporción prácticamente (-15,5%) de los ingresos de explotación y comisiones.

Paralelamente y con la reestructuración de fondo, CX redujo también significativamente, un 18,8%, los gastos de explotación, hasta 529,1 millones, que está en relación directa con la venta o cierre de sucursales (332). Durante 2014 redujo su red hasta 713 oficinas en Cataluña, 43 fuera de esa región y 15 centros de empresas. La plantilla quedó en 4.700 empleados.

Aparte de sus resultados, sigue el caso de los tribunales el presunto delito de administración desleal de la antigua cúpula de CX: están imputados el ex presidente, Narcís Serra, y el ex director general, Adolf Todó. Recuerden que el ministro de Economía, Luis de Guindos, anunció en noviembre en el Congreso que el Gobierno iba a enviar al fiscal operaciones presuntamente irregulares ocurridas en la entidad catalana. La cosa no ha hecho más que empezar.

Rafael Esparza

rafael@hispanidad.com