Como el resto del sector financiero, Cajamar no ha comenzado 2019 con alegría. Según los resultados publicados este martes, caen el margen de intereses (-1,4%) y las comisiones (-7,7%), esto es, el negocio puramente bancario. Si a eso unimos un resultado de operaciones financieras (ROF) en retirada (-30,4%), el resultado es un margen bruto de 236 millones de euros, un 6,2% inferior al de marzo de 2018.

Las mayores pérdidas por el deterioro de los activos (+6,3%, hasta los 58,2 millones de euros), ha sido otro de los lastres del comienzo de año

El esfuerzo de Cajamar durante el trimestre por mejorar la cuenta ha sido importante, con unos gastos de personal de 81 millones de euros, un 4,4% inferiores a los registrados en marzo de 2018. Sin embargo, los gastos generales de administración aumentaron un 1,2%, hasta los 46,5 millones de euros. Así, el margen de explotación se redujo un 6,6%, hasta los 94,5 millones.

Las mayores pérdidas por el deterioro de los activos (+6,3%, hasta los 58,2 millones de euros), ha sido otro de los lastres del comienzo de año. Ni siquiera las menores provisiones (-12,6%, hasta los 13 millones de euros) han podido alegrar el resultado bruto que ha alcanzado los 23,2 millones, un 26,2% inferior al de marzo de 2018. Al final, y tras un crédito fiscal de 1,3 millones de euros, el beneficio neto ha sido de 24,6 millones, un 21,7% menor que el de un año antes.

Todo esto no quita para que la entidad haya presentado un ratio de solvencia del 14,3%, un CET1 ‘phased in’ del 12,6% y un ‘fully loaded’ del 11,8%, muy por encima de lo exigido por el supervisor.