La reforma de las cajas rurales continúa en el más absoluto de los ostracismos. Parece que los señores del Banco de España continúan a la suya y no consideran que la regulación de un sector de las entidades financieras que gestiona unos pasivos de clientela de unos 42.272 millones de euros (M€), solo en la más importante del país que es Cajamar, requiera una atención especial manteniéndola en el cajón de los olvidos. ¿Pereza, indolencia?, mejor esperemos que no sea una urgencia debida a un problema de solvencia el que les haga espabilar y acelerar la tan necesaria regulación que coloque a estas entidades a la altura de la regulación del resto de entidades financieras.

Mientras, la presentación de las cuentas cerradas a finales del ejercicio de 2018 del Banco de Crédito Cooperativo que, básicamente, es el instrumento del Grupo Cooperativo Cajamar, nos transmite la sensación de tranquilidad de unos resultados que empiezan a dar la sensación de que la entidad está saliendo del importante bache en el que se vio como consecuencia de su exposición durante la crisis inmobiliaria.

Cajamar presenta un resultado (viernes 8) de 82,3M€ que supone un 2,7% más que el conseguido en el 2017. Lo cierto es que el resultado antes de impuestos se ha visto reducido en 28,7M€ (29,3%) menos, pero la recuperación de 27M€ netos de bases imponibles de ejercicios anteriores han permitido este mejor resultado neto.

La entidad ha destinado, durante el ejercicio, 182,7 millones de euros a reforzar coberturas de riesgos dudosos y adjudicados

El margen de intereses crece en 37,9M€ (+6,9%) y mejora el margen con clientes del 1,79% al 1,85%. El margen total se mantiene en un 1,38%. El margen bruto se ha visto reducido en 43,4M€ (-4,4%), con disminuciones tan llamativas como la del 48,6% (74,8M€) en ROF, a consecuencia de la reclasificación de las carteras de renta fija a coste amortizado, los 7,2M€ de reducción en otros productos y cargas, además de los 5,4M€ menos encajados en el epígrafe de comisiones que, sin embargo, crecen en las percibidas por servicios de gestión de activos, mientras las campañas de exención de comisiones a clientes como consecuencia de la competencia generalizada en el sector ha sido su principal lastre.

Los gastos de administración, en la línea impuesta por los planes de la entidad, se han visto reducidos en un 5,1%, en una gran parte debido al proceso de contabilización de los costes de transacción y comisiones de apertura por el método de tasa de interés efectiva.

La entidad ha destinado, durante el ejercicio, 182,7M€ a reforzar coberturas de riesgos dudosos y adjudicados siguiendo su política de alcanzar, en los próximos ejercicios, la cifra del 50% de su dotación total. En este sentido, la cifra de morosidad de Cajamar se ha reducido en un 2,9% respecto a 2017, situándose en el 7,63%, cifra aún muy alta y que en términos numéricos supone 2.465M€ de riesgos dudosos totales, un 26,8% menos que en 2017, y 2.161M€ de créditos reestructurados.

La esencia de las cajas rurales y cooperativas cada vez se hace más necesaria por aquello de la llamada banca ética y de proximidad

Continúa mejorando su coeficiente de solvencia que actualmente se sitúa en el 13,29% (11,83% en 2017). Sin embargo, el ratio de eficiencia se ha reducido en un 2,2% quedando en el 60,63%.

Parece que la entidad da por completada las reestructuraciones de plantilla de los últimos ejercicios ya que, en el corriente, solo se han producido 80 bajas en su plantilla y el cierre de 39 oficinas.

Es muy importante que la entidad, además de continuar adelante con sus planes de recuperación, no olvidase sus orígenes fundacionales. Entidades de crédito estándar hay muchas y su competencia es feroz, pero la esencia de las cajas rurales y cooperativas, que siguen encajando dentro de los sistemas financieros actuales, cada vez se hace más necesaria por aquello de la llamada banca ética y de proximidad. En nuestro país ya existían y existen, pero parece que perdieron parte de su esencia buscando una rentabilidad que, posiblemente sus socios cooperativistas no les reclamaban, y en gran parte han acabado dentro de este grupo con graves problemas de rentabilidad y solvencia por entrar en negocios para los que no estaban pensadas. Probablemente, esta sea la última oportunidad de volver, aunque solo sea en parte, a sus orígenes.