• En España y entre los grandes, aunque también le puede caer algún banco mediano.
  • Como el negocio bancario ha dejado de existir el grupo se ha convertido en gestor de activos: líder en fondos de inversión y de pensiones.
  • Preocupación por las elecciones del 27-S: Caixabank tiene dos terceras partes del negocio fuera de Cataluña.
  • Eso sí, el banco de Caixa ya no comprará más entidades: abrirá oficinas en zonas donde aún puede crecer, como la cornisa cantábrica.
Caixabank se está preparando para la nueva oleada de fusiones que empuja el Banco Central Europeo (BCE) y que, desde España, anima el ministro Luis de Guindos. Mario Draghi quiere bancos grandes, Guindos quiere bancos grandes españoles. Conclusión: la única forma es buscar fusiones entres los bancos grandes, no entre los medianos. Ojo, a lo mejor a algunos grandes, sobre todo los especializados en banca al por menor (Caixabank y Popular, principalmente) les cae algún añadido mediano, pero lo cierto es que se busca las tres parejas (y esto no es cosa del BCE sino del Gobierno y Banco de España): Santander-Popular, Caixabank-Bankia y BBVA-Sabadell). ¿Que es muy difícil de llevar a cabo? Naturalmente, pero el BCE y las autoridades bancarias europeas pueden exigir, y mucho, vía recursos propios, fusiones por muy indeseadas que resulten. La segunda pregunta es mucho más dura: ¿Y las fusiones arreglan algo? No. Ya conocen el aforismo: fusiona dos bancos y tendrás tres problemas. Pero cuando el sistema financiero mundial aprieta es cuestión de ponerse a sudar. Por eso, Caixabank, cuyo principal accionista es la Fundación Bancaria Caixa, con un 56% del capital, se está preparando para ello. Entendámonos, la única banca que presta un servicio público es la banca doméstica. Lo que ocurre es que los partidarios de la banca al por mayor han decretado una regulación en la que lo único que importa es ser grande, no bueno. Cuanto más grande mejor. Y así entramos en los resultados del primer semestre en Caixabank. Los presenta el consejero-delegado, Gonzalo Gortázar, un hombre que viene de la banca de inversión pero que se adecuado a la banca doméstica con gran celeridad, hasta convertirse en puntal del sector (mejor del subsector). Para entendernos, con estos tipos de interés, casi negativos, no hay manera de hacer banca. Y con la morosidad reinante en España mucho menos. Por eso, si observan la cuenta de resultados de Caixabank se darán cuenta de que crece el crédito (desgraciadamente no les decrece el crédito promotor al ritmo debido) y crecen las comisiones. Pero, ojo, no nos equivoquemos: son comisiones de fondos de pensión y de inversión, no las comisiones bancarias típicas (cajeros, etc). Caixabank es líder en domiciliación de nóminas, en seguros, en fondos de inversión y en fondos de pensiones. Se lo traduzco: allí donde el riesgo es mínimo y la ganancia segura. Por ejemplo, los depósitos a plazo están en caída libre, así como la remuneración de todo el pasivo. Crece en todos los márgenes y además no ha querido dar el beneficio que podía haber dado. Está aumentando oficinas pero con menos personal y está invirtiendo en banca digital, que no es un concepto etéreo, FG, sino que es operativa bancaria por móvil y por cualquier otro dispositivo, lo que permite a los empleados quedarse para vender, no para gestionar cuentas. Problemas: demasiada dependencia de las participaciones industriales (que en un año pueden aportar más dividiendo y otros menos) y sobre todo el ROF, que no deja de ser una peligrosa bicicleta financiera que algún día terminará… y podría hacerlo bruscamente. Y la morosidad: Gortázar (en la imagen) dice que está por debajo de la media del sector pero con un 9% de mora ha habido crisis bancarias en el pasado. Sí, se defiende bien en la cuestión: no es lo mismo la mora de un banco con presencia internacional como Santander y BBVA que la de una entidad que sólo opera en España, como Caixabank o Popular o Bankia. De acuerdo, pero un 9%, don Gonzalo, sigue representando unos impagos muy altos. Así que no saldrá de compras. Tras el fracaso en Portugal (no pudieron aceptar el chantaje) y tras comerse a Barclays, Isidro Fainé y Gonzalo Gortázar no quieren saber nada de nuevas compras. Quieren crecer orgánicamente y así lo harán en la cornisa cantábrica, donde están más flojos. Para ser exactos, Gortázar asegura que no tienen ningún interés en Abanca. Otra pugna de Hispanidad: cuando va a venderle Caixabank a Caixa su participación del 12% en Repsol. Pues Gortázar, consejero de la petrolera en sustitución de Juan María Nin asegura que no se ha planteado nada. Hombre, planteado sí que se lo ha planteado don Gonzalo. Otra cosa es que no sea el momento, porque un 12% de Repsol es mucho dinero: unos 2.500 millones de euros. Pero sería ideal para consolidar el formidable proyecto de Isidro Fainé de una caja de ahorros que ya no se llama caja de ahorros pero que seguirá siendo caja de ahorros con su obra beneficio social y su grupo industrial. Eulogio López eulogio@hispanidad.com