• Los bajos tipos ya no son un problema: aumenta significativamente la gestión de fondos.
  • Y el beneficio sube un 19% hasta marzo, incluido Portugal.
  • ¿Qué buscan los accionistas? La cotización cae un 2% -con el Ibex en rojo (-0,7%)-, a pesar de los buenos resultados.
El sector financiero, y de manera específica el de las entidades de crédito, puede considerarse lo que definimos dentro del ámbito económico como un sistema complejo en ciencias sociales (SCCI). Pocos sectores mantienen una interrelación más amplia y más compleja con el entorno que el terreno de la mediación financiera y crediticia. En concreto, el ámbito político, el ámbito de la política monetaria y fiscal deriva en la necesidad de gestionar un proceso de cambio constante, en que debe enfrentarse a la progresiva digitalización de la actividad de comercialización de sus productos. Con ello no queremos magnificar sus negocios, dado que poca pena nos dan con las fotografías que enseñan en estos días los primeros resultados trimestrales del ejercicio 2017. Parece que el mantra de "España va bien", de momento les va bien a las entidades financieras, algo que debe fastidiar, eufemísticamente hablando, a los que odian al IBEX 35. Magnífica la foto del BBVA, con una mejora del 69% de los resultados, espeluznante el cuadro pastel del Popular, con la intención de emitir capital a 0,55 euros la acción -más les valdría un Almax para digerir la basura de su balance- y curioso el cuadro en acuarela de Bankinter. En concreto, un aumento de su beneficio en el primer trimestre del 19% lleva a su cuenta de resultados a un importe de 124,4 millones de euros. Si no incluyera en sus cálculos el resultado del negocio en Portugal, y por eso de emplear comparables, el crecimiento pinta bien: un 15% más. Parece que el entorno, por mucho que se quejen, lo están digiriendo con salud y provecho. Los tipos de interés negativos y un mercado lleno de dinero no parece un problema si podemos cobrarles más comisiones a los clientes, o mejor, si les decimos que nos quiten cosas del balance porque no tenemos forma de gestionarlo con las peticiones del BCE. De hecho, los recursos de los minoristas, que se incrementan en un 24,3% (45.278 millones), se reflejan igualmente en un incremento de los activos fuera de balance (fondos de inversión y gestión de patrimonios) que aumenta en el 21,5%. Mejor fuera que dentro. De todas maneras, parece que no lo han hecho mal. El margen de intereses sube un 17% hasta los 257 millones -un incremento del 5,6% en comparables- con un interesante impulso de la cartera de crédito, con un importe acumulado de 51.300 millones, un alza comparable del 5,3%. Esto puede ser indicativo de que algo se mueve, de que el desplome del consumo y de la inversión en los años anteriores no es espejo de los movimientos futuros. Que aunque el ahorro interno cae, crece al mismo ritmo el consumo. En este terreno las diferentes ramas de actividad mucho tienen que decir. La aportación al margen del 29% de la banca de empresas es una clara orientación de su actividad, que se complementa de manera determinante con la actividad aseguradora. Diversificar parece una buena idea. En este retrato mucho tiene que ver el terreno de las comisiones, con cifras próximas a 100 millones, un incremento del 17% y un resultado de las operaciones financieras (ROF) que se incrementa un 3,8% con una mejora de ingresos del 13,8%, similar al margen bruto. A la espera del nuevo Anejo IX y de la NIIF 9, de momento recupera provisiones, partida que continúa a la baja con una reducción del 3,4%. Todo está pintando la banda bonita de su actividad, con un ROE del 12% y una reducción de la morosidad hasta el 3,88%. Ello conlleva una ratio de solvencia en el 11,3% fully loaded, muy por encima de las exigencias del BCE del 6,5%. Una maravilla al lado de la evolución del Popular que en poco tiempo se quedará sin fondos. En cualquier momento lo ponemos en venta, con el mismo éxito que BMN, que acabará absorbido y diluido en la banca pública. Epílogo: Sus acciones pierden en Bolsa. No sabemos qué quieren sus accionistas, pero ni los mejores resultados convencen para mantener esos títulos en cartera y buscar beneficios a corto plazo. Rodrigo de Silos rodrigode@hispanidad.com