• Preocupa la lentitud del negocio: los márgenes siguen en negativo.
  • Las claves del ejercicio: el ROF, las comisiones y las menores provisiones.
  • En definitiva, la gestión es buena pero el negocio no acaba de remontar.

En el negocio bancario hay una máxima que nuestros políticos pseudo técnicos parece que no quieren tener en cuenta: el dinero necesita mucha discreción. No quisiera que por un momento llegasen a pensar que estoy pidiendo opacidad, si no que no se utilicen los bastones dialécticos para dirimir en un foro como el de la comisión del Congreso sobre la crisis de Bankia, los entresijos de las presiones, que seguro existieron, entre el entonces recién llegado ministro de economía, Luis de Guindos, y el entonces presidente de la entidad, Rodrigo Rato. Éste aprovechó para quitarse de en medio acusando al ministro de ser el responsable de la 'espantá' que estuvo a punto de hundir a Bankia a causa de las declaraciones de que el sistema necesitaría 50.000 millones de euros (M€) adicionales, aprobó nuevas provisiones para el crédito inmobiliario y, sobre todo, exigió su dimisión. Producto de ello, la acción de la entidad que presidía se hundió. Vamos, que De Guindos es el principal responsable de todo, incluso de las posibles irregularidades que se investigan de sus cuentas, y él solo pasaba por allí. Con este panorama, unido a la reciente y controvertida absorción de BMN y la batalla social creada por la anunciada reducción de plantilla en casi 2.300 empleados y el cierre 150 oficinas, se han presentado este lunes las cuentas al cierre de ejercicio 2017. Ambiente calentito para la entidad de nuestra propiedad, que ha sido la destinataria de más de 24.000M€ de ayudas públicas. Hasta la fecha, las cuentas siguen saliendo: 505M€ ha sido el resultado neto, esto es, un 37,3% menos que en 2016, pero con una partida por costes de integración de 312M€ netos, lo que quiere decir que, sin ella, el resultado hubiese crecido un discretísimo 1,4% y se hubiese situado en los 816M€. Parece que Goirigolzarri continúa gestionando nuestra forzada inversión de forma satisfactoria. Pero hay algo que me empieza a preocupar, que es que, a pesar de haber mejorado el margen de intereses respecto al pasado trimestre, se ha cerrado con un 8,4% menos que en 2016, cifra que incluye a BMN, pero sin éste, el descenso del margen es de un 9,6%. Esto pese a que los resultados de operaciones financieras crecieron un 52% y las comisiones un 4,9% (veremos el próximo ejercicio esta última cifra cómo queda afectada por la decisión comercial de exonerar de comisiones a las cuentas de particulares en las que se domicilien los ingresos). De momento, esta decisión le ha traído unos doscientos ochenta mil nuevos clientes, pero deberán mantener el crecimiento de los ingresos por activos bajo gestión para que la repercusión no sea importante. 136M€ menos de dotaciones de provisiones ha sido la otra partida que ha sostenido la cuenta de resultados. Pero se ha de tener en cuenta que en 2016 fueron 93M€ la dotación extraordinaria para cubrir las contingencias de las cláusulas suelo, mientras que en este ejercicio las provisiones por deterioro de activos financieros han crecido en un 47,3% y el deterioro por activos adjudicados ha supuesto una recuperación de 126M€. La incorporación de BMN ha supuesto un ligero empeoramiento de las cifras de riesgos. Así, mientras que los saldos dudosos sin BMN han caído un 15,1%, para el total del grupo han crecido un 5,6%, las provisiones disminuyen un 2,7% (-17,4% ex BMN) y la tasa de morosidad se sitúa en un 8,9% para el total del grupo mientras que solo para Bankia habría estado en un 8,5%. Cifras todas aún que se me antojan, sin dejar de reconocer su mejoría, que disminuyen de forma muy lenta y aún lastran la cuenta de resultados. Por último, la reciente absorción ha impactado de forma especial en las cifras de solvencia de la entidad que, sin BMN, presentaban para CET Phase In un 16,64% y Fully Loaed, un 14,83%, que eran las mejores tasas de los 'grandes'. Con BMN se han visto reducidas a 13,88% y 12,33% respectivamente, que mucho me temo se sitúen en la zona baja del sistema. Solo unos ruegos al Sr. Goirigolzarri: no corra por muchas presiones que reciba para devolver las ayudas. Ya están dadas y queremos recuperarlas con seguridad, no queremos tener que dar más. Cuidado con los buitres que, ahora que estamos en el buen camino, quieren una absorción para crecer sin poner un euro, y tenga claro que pese a sus declaraciones, Bankia debió liquidarse para no perjudicar a los contribuyentes y, como ahora ya está hecho, no remueva el lodo y gestione como hasta ahora, que para eso le pagamos. Rodrigo de Silos rodrigode@hispanidad.com