La consolidación de Banco Caixa Geral y la compra del negocio de Deutsche Bank en Portugal, realizada durante el segundo trimestre, han colocado a Abanca en el séptimo lugar de los bancos españoles por recursos propios, solo por detrás de Santander, BBVA, Caixabank, Sabadell, Bankia y Bankinter.

El negocio puramente bancario marcha bien en el banco de Juan Carlos Escotet. Los resultados de los primeros nueve meses del ejercicio, publicados este martes, muestran un crecimiento del margen de intereses del 5,1%, hasta los 424,1 millones de euros, y de un 12,6% de las comisiones, que alcanzan los 147,1 millones. Banqueros de España, tomen nota.

Los problemas están en los ingresos por dividendos y por resultados por método de participación, y en el resultado por operaciones financieras (ROF). Los primeros solo aportaron 5,4 millones, un 67,5% menos que en 2018, y el ROF 97,4 millones, un 66,9% menos que un año antes. Esto arrojó un margen bruto de 701,2 millones, un 14,6% inferior al de septiembre de 2018.

Pero no pasa nada porque, después de registrar un aumento del 6,6% de los gastos de explotación (469,2 millones), la entidad anuncia “otras ganancias” de 256 millones, que elevan el beneficio bruto un 6,7%, hasta los 426,8 millones. Al final, después de pagar 25 millones de impuestos, el beneficio neto de Abanca hasta septiembre fue de 401,9 millones, solo un 0,9% superior al de 2018.