• Había que actuar sobre los gastos, y se hizo a tiempo.
  • Ahora bien, hay que acomodarse a la nueva era de petróleo barato… y ganar dinero en esa era.
  • Pero Exploración y Producción deben aportar más al grupo.
  • ¿Quién es ahora el mayor enemigo del Ceo Josu Jon Imaz? La bolsa. Le reconoce poco, por no decir casi nada.
  • Por cierto, ¿qué hace una petrolera emitiendo bonos verdes?
Tomar medidas para incrementar la eficiencia y la flexibilidad operativas en un entorno de precios bajos de las materias primas ha resultado una buena medida para Repsol, alcanzando en la fecha actual un ajuste del 50% respecto a las cifras planificadas por la entidad. Asumir que con el tiempo el estancamiento del precio del petróleo era algo más que coyuntural -a lo largo del periodo el precio medio del petróleo Brent se ha mantenido en 51,7 dólares por barril mientras que el gas Henry Hub lo ha hecho a 3,3 dólares por Mbtu-, ha llevado a la entidad a adoptar medidas encaminadas a potenciar el margen por la parte baja, a partir de los costes operativos y a una adecuada gestión. En alguna medida, Repsol ha tomado el toro por los cuernos y en una coyuntura compleja, ha procedido a la venta de activos, a la optimización de costes y a una estabilización de la situación financiera, manteniendo el dividendo. Si a ello le unimos la política de 'scrip dividend', encaminada a revertir la dilución de las participaciones sociales, todo son buenas noticias para los accionistas. Ello ha llevado a Repsol a alcanzar un beneficio neto de 1.056 millones de euros en el primer semestre de 2017, un incremento del 65% respecto al mismo periodo del ejercicio anterior, con cifras cercanas a los 640 millones. Su reflejo en el beneficio neto ajustado es un incremento del 23% y un aumento del EBITDA del 29%, hasta alcanzar los 3.108 millones de euros. Por áreas de actividad, el área de Upstream (exploración y producción) obtuvo un beneficio de 339 millones de euros, con el descubrimiento de nuevas fuentes de hidrocarburos en Estados Unidos, en Alaska (North Slope), o Trinidad y Tobago, especialmente en reservas de gas. El área de Downstream (refino, química, marketing y lubricantes, entre otras) permitió alcanzar un resultado de 929 millones, ligeramente menor que en el ejercicio anterior, pero con una elevada capacidad de generación de flujo de caja para la entidad. El indicador de margen de refino en España se situó en 6,6 dólares por barril, un 3% por encima de los 6,4 dólares por barril de los seis primeros meses del ejercicio anterior. En este entorno de actividad la producción media de hidrocarburos en los seis primeros meses del año fue de 684.900 barriles equivalentes de petróleo al día, en línea con los planes establecidos por la compañía. En el terreno del balance destaca el comportamiento de la deuda financiera neta se redujo en un 36%, hasta los 7.477 millones de euros, desde los 11.709 millones del ejercicio anterior por estas fechas. La ratio Deuda Neta/EBITDA nos da unas cifras de 1,20x veces, muy por debajo de los 2,42x veces del año anterior. Este dato se refleja igualmente en el valor del cociente de la deuda neta sobre el total del capital empleado, una reducción desde 28,9 a 19,9. Todo ello debe ser considerado en una política de reducción de las inversiones, en un ambiente claro de contención. En definitiva, podemos apreciar el comportamiento adecuado de Repsol en ingresos y beneficio obtenido, lo cual no siempre sabremos si para una entidad con un alto impacto medioambiental es algo bueno. No obstante, siempre nos queda el hecho de que, tal y como anuncia la entidad, Repsol se ha convertido en la primera empresa del mundo de su sector en emitir un bono verde certificado para financiar más de 300 iniciativas de reducción de emisiones de CO2. Esperemos que una política medioambiental y energética adecuada evite tener que acudir a este tipo de propuestas. ¿Quién es ahora el mayor enemigo del Ceo Josu Jon Imaz (en la imagen)? La bolsa. Le reconoce poco, por no decir casi nada. Rodrigo de Silos rodrigode@hispanidad.com