Repsol opera en Venezuela, adonde llegó en el año 1993, y no se marchará del país que tiene las mayores reservas de crudo probadas del mundo. Pese a presiones de EEUU (posible impacto del régimen de sanciones), en el encuentro entre su secretario de Estado, Mike Pompeo, y el ministro de Exteriores español, Josep Borrell, este último la ha defendido, pues “lo que va a hacer España lo va a hacer en el marco de la Unión Europea”.

Hace dos meses, el propio presidente de la petrolera, Antonio Brufau, señaló que esperaba seguir “al menos, otros 20 años en Venezuela”. Asimismo, aseguró que la compañía no tiene opinión política: “No puedo opinar sobre temas políticos. Respetamos lo que hagan los gobernantes, los que sean y como sean”. Y es que se apuesta por una cartera muy diversificada, lo que incluye tener presencia, a veces, en escenarios complejos -y tiene experiencia de esto (Argelia o Libia, en su momento)-, porque en el balance global le compensa. En Venezuela, el sector principal son los hidrocarburos y Repsol tuvo allí una producción media de 62.000 barriles equivalentes de petróleo al día en 2018, lo que supone un 8,7% de su producción media total del año pasado (715.000).

Repsol acaba de firmar un acuerdo a 15 años con la empresa rusa Novatek para el suministro de gas… Ojalá EEUU no se enfade

Y del petróleo pasamos al gas. Este martes, la compañía ha firmado un acuerdo con la rusa Novatek para el suministro de un millón de toneladas anuales de gas natural licuado (GNL) durante 15 años. Un movimiento que responde a la estrategia de diversificar fuentes de suministro a largo plazo, pero ojalá que EEUU no se enfade porque se trata de Rusia. Eso sí, no hay que olvidar que la norteamericana Venture Global LNG también se adjudicó un contrato el pasado septiembre para suministrar otro millón de toneladas anuales de GNL a Repsol.

Paralelamente, está el precio del petróleo, que empezó enero superando los 68 dólares por barril, pero en los últimos días, ha elevado su cotización, situándose ya en los 68,31 dólares (su valor más alto desde el pasado 12 de noviembre). A Repsol no le inquieta este escenario, dado que por encima de los 50 dólares el negocio petrolero es rentable, y desde la presentación de su Plan Estratégico 2018-2020, dicho precio siempre ha sido superior. Así, la mayor caja extra que se genera se puede dedicar a acelerar proyectos de desarrollo (por ejemplo, en Norteamérica y Colombia), a profundizar en la transición energética y al despliegue de estaciones de servicio en México y otros países. Además, la petrolera repartirá un dividendo de 0,95 euros por acción este año y si todo sigue así, espera que sea de un euro en 2020.