• El plan estratégico ratifica el proceso sucesorio marcado por Brufau: retirarse en dos años y que Imaz ocupe la presidencia.
  • Pero ese plan puede tropezar con un problema: la caída del PP el 20-D y, con ella, del ministro José Manuel Soria.
  • El titular de Industria ha sido el gran valedor de Antonio Brufau y, ahora, de Josu Jon Imaz.
La presentación del plan estratégico 2016-2020 de Repsol, que ha asumido en solitario este jueves el consejero delegado, Josu Jon Imaz, tenía un punto caliente, como quien dice: el futuro de la participación del 30% de la petrolera en Gas Natural Fenosa (GNF). Era una de las opciones, puestos a desinvertir. Sin embargo, Imaz ha sorprendido al asegurar que no está en la agenda, algo que no gustará a La Caixa, también accionista de GNF (tiene el 36%). Paralelamente, ese mismo plan estratégico ratifica también, por el periodo que contempla, el proceso de sucesión marcado por Antonio Brufau. Lo previsto es que se retire en dos años y que Josu Jon Imaz ocupe la presidencia. Es significativo a este respecto que Brufau haya cedido todo el protagonismo a su Ceo en la presentación de los planes para los próximos cuatro años, cuyos resultados ya no verá desde la presidencia. Le ha acompañado al acto (en la imagen), pero se ha sentado después como uno más para escuchar. En primera fila, con otros directivos, pero no ha intervenido. Y eso que entre las promesas estaba mantener el dividendo de un euro, una alegría para los accionistas. Imagínense a Sacyr, que se juega bastante en esas retribuciones. Sobre la participación de Repsol en Gas Natural Fenosa, Imaz ha declarado, más en concreto, que el grupo está satisfecho y "confortable" con esa "valiosa" participación porque le asegura "una opcionalidad, tanto financiera como desde el punto de vista estratégico". De los 6.200 millones de euros de desinversiones que contempla el plan estratégico, a GNF corresponden "cero". ¿Por qué estratégica? Para responder, Imaz ha recordado que Repsol produce casi un 70% de barriles equivalentes en gas y, por eso en términos productivos es "más una gasista que una petrolera". Ha ido más lejos, incluso, lo que también habrá disgustado a La Caixa, al señalar que GNF puede ser, incluso, una opción estratégica "razonable" en el desarrollo del negocio de renovables del grupo petrolero. GNF es terreno Caixa. Sobre lo otro que también ratifica el plan estratégico, los plazos en la sucesión marcados por Antonio Brufau, alguna consideración. Sobre todo, una, inevitable. Ese plan podría tropezar con la salida del PP del Gobierno, si se confirman los malos augurios electorales para el 20-D. La pérdida de las elecciones implicaría también la caída del ministro de Industria, José Manuel Soria, que ha sido el gran valedor de Brufau y, ahora, también de Josu Jon Imaz al frente de Repsol. Es en lo único que coincide Soria, ¡qué cosas!, con Álvaro Nadal, director de la Oficina Económica de Moncloa. No confundir, por tanto, con el otro Nadal, secretario de Estado de Energía. El PSOE de Pedro Sánchez, sin embargo, puede tener otros planes. Y todo apunta a que Sánchez va a decidir bastante en la próximas legislatura, bien porque él mismo ocupe el asiento de Rajoy en Moncloa, o por un obligado pacto con Ciudadanos de Albert Rivera. Y en ese último caso, Rivera podría incluso no conformarse con ser un vicepresidente coaligado, queriendo también para sí la presidencia. Rafael Esparza rafael@hispanidad.com