• La venta del 20% de Gas Natural es clave por lo que añade a su cómoda posición de tesorería.
  • Podría hacerlo por tres vías: aumentar la remuneración, pagar sólo efectivo o amortizando autocartera.
  • La subida del petróleo, además, ha mejorado las cuentas de la petrolera, pendiente del Plan Estratégico.
Repsol no dado ninguna pista todavía sobre cambios en su política de dividendo, cuestión que deja para la junta de accionistas, pero los principales accionistas presionan en ese sentido, según fuentes de la petrolera, cuando concrete la venta de su 20% en Gas Natural Fenosa. Para esos accionistas, entre los que destacan Caixabank (9,6%), Sacyr (8%) y el fondo de Singapur Tomasek, que redujo su participación por debajo del 5% hace dos años (4,3%), la petrolera no tiene problemas de tesorería, más bien al contrario, por la propia evolución del negocio y el encarecimiento de los precios del petróleo. Sobre ese escenario, la venta del 20% de GNF aportará a la caja de la petrolera unos 4.000 millones de euros, un fondo demasiado amplio para atender, no sólo a futuras inversiones, con el foco puesto en la diversificación de negocios o recortar la deuda, sino también para elevar la retribución a los accionistas. La operación CVC puede concretarse en cualquier momento y la mejora del dividendo, según las mismas fuentes, puede emprenderse por tres vías. La primera, aumentando la remuneración, incluso con un dividendo extraordinario. Las otras dos opciones son pagar sólo en metálico, prescindiendo de los programas de dividendo flexible (scrip dividend) o la retirada de acciones del mercado. En otras palabras, amortizando autocartera. En la agenda de la petrolera está también el plan estratégico, pero al margen de ello, lo cierto es que Respsol lleva tres años con el dividendo congelado, a pesar de que su consejero delegado, Josu Jon Imaz, fue optimista para mantenerlo en un euro. Fue de 0,96 euros en 2015, pero bajó después a 0,76 (2016) o 0,77 euros (2017). Rafael Esparza