• Pablo Vázquez no pierde el tiempo exigiendo al Gobierno que ADIF reduzca el canon.
  • Además, la alta velocidad ha sido rentable, una vez más, en 2014 (9 millones de euros).
  • Pero ese camino tiene un límite: el de los trabajadores y la calidad en el servicio.
  • A Ciudadanos: el AVE permite nuevos saltos tecnológicos.
  • La puntualidad en Cercanías no es buena: hay que mejorarlas. La gente valora la puntualidad y la limpieza.

El nuevo presidente de Renfe, Pablo Vázquez (en la imagen), se ha tenido que tragar los 209 millones de euros de pérdidas que en 2014 le dejó en herencia Julio Gómez-Pomar, ahora elevado a la Secretaría de Estado de Fomento.

Y se ha mostrado dócil, porque no ha levantado la voz a la hora de pedir que le reduzcan el canon que le cobra ADIF. De hecho, el esquema está pensado para que pueda presentar un AVE en números negros (9 millones de euros, no más) en 2014 pero con unos números rojos del total de RENFE muy superiores.

Y aún así, las obras del AVE, aseguran unos chicos recién llegados al banquete de la opinión pública, de nombre Ciudadanos, resulta inversión tan onerosa que no se recuperará en varias generaciones. Y así es.

De esta forma, Vázquez sí que sale en defensa de la alta velocidad. "Probablemente no es necesario un tren a 250 kilómetros por hora pero es que eso supone una plataforma que permitirá otros saltos tecnológicos".

Y compara el AVE con los teléfonos Apple: "no utilizamos casi ninguna de sus prestaciones pero eso ha permitido a Apple ser lo que es".

Pero aumentar los ingresos con una mayor tasa de ocupación es difícil, y estos gastos no se pueden reducir mucho más sin que se resienta el servicio.

Además, Vázquez reconoce que la parte fundamental son las Cercanías, en pérdidas. Y reconoce también que hay que mejorar "puntualidad y limpieza".

Eso sí, o el Gobierno apoya reduciendo el canon de ADIF o aportando más dinero público en Cercanías, o el plan para llegar a los números negros de RENFE en 2016 se presenta crudo.

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com