• El líder 'tory' no se mueve del número 10 de Downing Street y mantiene su promesa electoral de preguntar a los británicos por la permanencia en la UE.
  • La mayoría absoluta del primer ministro deja fuera de juego al resto y hay dimisiones: el laborista Miliband, el euroescéptico Farage y el liberal demócrata Clegg se van.
  • El nacionalismo escocés barre y crea otro problema: puede haber otro referéndum que consulte a Escocia, si quiere seguir o no en Reino Unido.
Tras el largo y tedioso recuento de votos, las elecciones celebradas, el pasado jueves en Reino Unido, han dado la victoria al Partido Conservador que lidera David Cameron (en la imagen). Sin embargo, el triunfante Cameron, muy contento con los resultados obtenidos, ha caído en su propia trampa y ha confirmado que mantendrá el referéndum antieuropeo de 2017. Es decir, el líder 'tory' se ahorra una mudanza y no se mueve del número 10 de Downing Street. Pero paradójicamente, pues no es habitual entre los políticos, ha decidido mantener su promesa electoral y preguntará a los británicos sobre la permanencia en la Unión Europea (UE) antes de finales del 2017. Cameron seguirá, por tanto, siendo primer ministro y lo hará con más poder, pues ha obtenido 330 escaños, 23 más que en las elecciones de 2010, superando la mayoría absoluta (establecida en 326). Sin embargo, su goleada ha dejado fuera de juego al resto y ya se han producido diversas dimisiones. En concreto, tres: la del laborista Ed Miliband, la del euroescéptico Nigel Farage y la del liberal demócrata Nick Clegg. El primero en anunciar su adiós ha sido Ed Miliband, que ha definido la noche del pasado jueves como "difícil y decepcionante". Tras el recuento de votos, los laboristas han conseguido 232 escaños, 24 menos que en 2010. "Asumo toda la responsabilidad de esta derrota. Reino Unido necesita un Partido Laborista fuerte y es hora de que lo lidere otra persona", ha señalado. Pero tras la despedida, toca hablar de sus sucesores y ya se barajan tres nombres: Yvette Cooper, Andy Burnham y Chuka Umunna. El segundo es despedirse ha sido Nigel Farage, líder del Partido de la Independencia de Reino Unido (UKIP), debido a que ha perdido su escaño. Una derrota para este euroescéptico que, sin duda, esperaba mucho más tras la victoria en las elecciones al Parlamento Europeo de mayo de 2014. Suzanne Evans podría ser su sucesora. Aunque UKIP sí ha logrado un escaño en la Cámara de los Comunes, castigado por el sistema electoral, a pesar de ser el tercer partido más votado. Y como dice el refrán, no hay dos sin tres, así que también ha dimitido Nick Clegg, por la debacle electoral del Partido Liberal Demócrata: ha pasado de ser socio de gobierno de Cameron a obtener sólo 8 escaños, una cifra bastante alejada de la de 2010 (57). "Son horas oscuras para nuestro país", ha declarado tras el "duro revés" recibido. Pero también ha dejado la puerta abierta a la esperanza al afirmar que "nuestro partido volverá", aunque habrá que tener "paciencia", "lo reconstruiremos de nuevo". Paralelamente, además del triunfo de los conservadores y por tanto, de Cameron, el nacionalismo escocés también se ha anotado una importante victoria. El Partido Nacional Escocés (SNP), que lidera Nicola Sturgeon, ha barrido, ya que ha conseguido 56 de los 59 escaños escoceses. Un importante gol que crea otro problema, pues puede dar pie a otro referéndum, en el que se consulte a Escocia, si quiere seguir o no perteneciendo a Reino Unido. Por último, sólo señalar que las encuestas han vuelto a fallar, como sucedió en 1992, pues habían pronosticado una victoria por la mínima de Cameron e incluso empates en algunos momentos. Además, la economía ha reaccionado bastante bien a los resultados de las elecciones británicas: la libra esterlina ha ganado más de dos céntimos frente al dólar y se ha colocado por encima del 1,55 -algo que no pasaba desde febrero-; la bolsa ha subido un 1,45% y también ha aumentado el precio del bono británico. Cristina Martín cristina@hispanidad.com