Cuatro veces se negó Jeremy Corbyn a disculparse con los judíos británicos este martes por la noche en una entrevista televisiva. Ante la insistencia de Andrew Neil, que lo interrogó en su programa de la BBC, acerca de las denuncias de antisemitismo en el Partido Laborista, el líder de la formación y candidato a primer ministro se limitó a negar todas las acusaciones, recoge Infobae.

Horas antes, en una inhabitual incursión en plena campaña electoral, el gran rabino británico Ephraim Mirvis fustigó a Corbyn por permitir que arraigue el “veneno” antisemita en el partido, ensombreciendo su promesa de reforzar la lucha contra las discriminaciones si llega al poder.

“No, no tiene razón", se limitó a decir Corbyn en la entrevista, cuando le preguntaron por las palabras de Mirvis.

Corbyn pensaba presentar esta tarde su ambicioso programa económico para luchar contra la desigualdad en un acto en Tottenham, en el norte de Londres. Sin embargo, se vio obligado a defenderse de las acusaciones lanzadas por Mirvis en un artículo publicado en The Times.

“No hay lugar para el antisemitismo en ninguna forma, ni en ningún lugar, en el moderno Reino Unido, y bajo un gobierno laborista no será tolerado de ninguna manera”, afirmó Corbyn

La formación izquierdista es acusada desde hace tiempo de albergar en su seno actitudes antijudías. Hace dos semanas el diario Jewish Chronicle, portavoz de esa comunidad, llamó a los lectores a no votar por ellos y el martes fue el turno de la máxima autoridad judaica del país.

“La forma cómo su dirección trató el racismo antijudío es incompatible con los valores británicos que nos enorgullecen, los de la dignidad y el respeto por todos”, escribió el gran rabino. “Un nuevo veneno, aprobado desde lo más alto, arraigó en el Partido Laborista”, agregó.

“Cuando llegue el 12 de diciembre, pido a todo el mundo que vote con conciencia. No lo duden, el alma de nuestra nación está en juego”, dijo.

Defensor de larga data de la causa palestina, el izquierdista líder del laborismo es acusado desde hace años de falta de firmeza contra el antisemitismo de algunos miembros de su partido, lo que llevó a varios de sus diputados a abandonar la formación. En 2018 Corbyn acabó reconociendo que existía un “problema real” interno y él había sido “demasiado lento” en imponer sanciones. También afirmó que su prioridad era “restaurar la confianza” con la comunidad judía.

El martes, una portavoz laborista desmintió una afirmación de Mirvis según la cual quedarían en el partido “miles” de acusaciones de antisemitismo sin tratar.