• Ojo, porque también habrá una reducción de sucursales (300) y de horarios, además del 20% de plantilla.
  • Una novedad: la limitación de días de apertura en las sucursales y dejar las menos rentables.
  • El objetivo: menos costes para ganar en rentabilidad tras la ampliación, en junio, de 2.500 millones.
  • El imperativo: optimizar la red de oficinas, con menos gente, y adaptadas a la era digital.
Llega el momento más temido para la plantilla del Banco Popular, que hace una semana comenzó a negociar con los sindicatos un plan de reestructuración. Este martes da un paso más: la entidad tiene previsto el recorte de entre 2.900 y 3.000 empleos (el 20% de la plantilla) y el cierre de 300 de las 2.093 oficinas que tiene. Y así se lo ha dicho a los sindicatos, con los que quiere llegar a un acuerdo. La clave está en esta frase del comunicado de la propia entidad: "Actualmente, el banco cuenta con cerca de 1.700 empleados con 59 años o más", lo que da una idea de por dónde van los tiros. El Popular tiene actualmente 14.935 trabajadores. El objetivo último, en cualquier caso, sigue al pie de la letra la máxima en la entidad desde la ampliación de capital de 2.500 millones: ganar en rentabilidad en un momento muy delicado para el sector por el estrechamiento de márgenes con tipos de interés en mínimos del 0%. El problema regulatorio de las exigencias de recursos propios lo cumple con creces. Como ya les informamos, el presidente del Popular, Ángel Ron se la juega una carta: superada la solvencia ahora toca la rentabilidad. La reestructuración y simplificación de la estructura llega ahora a la plantilla y a las sucursales, después de que se hayan conocido los planes en las áreas de negocio o de ventas de activos. Viene al pelo recordar que el Popular no renuncia a su división de Banca Privada, donde ha puesto al frente a Susana de Medrado, como informó este lunes la entidad. El imponderable no cambia: la transformación de un sector marcado por la evolución de la banca digital (que es sinónimo a ahorro de costes) y de un negocio, el bancario, que es cada vez menos negocio. El Popular quiere también optimizar la red de oficinas, que se regirá también por el principio de la rentabilidad. El recorte no es sólo de plantilla y sucursales: también de horarios y -es una novedad- con la limitación de días de apertura. En otras palabras, con pocos trabajadores en las localidades de menor tamaño y en otras, con lo más parecido a la antigua figura del corresponsal financiero, en los tiempos de la postguerra pudo ser Correos; la figura del agente financiero, que vende sus productos al margen de las oficinas, o un comercial encargado de llevar el negocio de un banco. La idea, como ha explicado el banco, es transformar "sus estructuras territoriales de apoyo a la red comercial", sus servicios corporativos, potenciando, al mismo tiempo, las soluciones tecnológicas: la operativa multicanal y la transformación digital. Miriam Prat miriam@hispanidad.com