Rodrigo Rato abandonó la presidencia de Bankia en mayo de 2012, dos días antes de que el Gobierno nacionalizara su matriz, BFA. “A mí me echó el presidente del Gobierno”, ha afirmado Rato este miércoles, durante la segunda jornada de su declaración en la Audiencia Nacional.

Es la primera vez que el ex vicepresidente del Gobierno con José María Aznar y rival de Rajoy para sucederle al frente el PP, admite, en sede judicial, que fue el presidente Rajoy quien ordenó su salida inmediata de Bankia. Una decisión que ha calificado de “absolutamente política”.

Si no hay damnificados, ¿dónde está el delito?

Por cierto, seguimos hablando del juicio por la salida a bolsa de Bankia, un proceso ‘temerario’ que, presuntamente, pretende esclarecer si hubo delito económico o no. Ahora bien, ¿de qué estamos hablando exactamente? Los damnificados, esto es, los pequeños accionistas, los particulares que acudieron a la OPV, ya han recuperado todo lo invertido, unos 1.800 millones de euros, y los institucionales que han acudido a los tribunales han perdido el juicio.

Entonces, si no hay damnificados, ¿dónde está el delito? Lo cierto es que nos esperan seis meses de comparecencias y declaraciones con Bankia como protagonista, algo que no gusta a la entidad que preside José Ignacio Goirigolzarri. Lógico: estar todos los días en los tribunales no ayuda a recuperar la reputación corporativa. Y ese es, precisamente, uno de los objetivos, no solo de Bankia, sino de todo el sector, para 2019 y los años venideros.

Recuerden: el 60,6% de Bankia es del FROB, es decir, de todos los españoles.