• El presidente del Gobierno sigue pendiente del Caso Bárcenas.
  • Por eso, ha anunciado que el imputado no debe dimitir y ha rehecho el catálogo de enjuiciados: investigados y encausados.
  • Y de postre: Soraya Sáenz de Santamaría y Dolores de Cospedal quedan blindadas, a pesar de la falta de sintonía con el líder.

Ya lo decía Chesterton: si la evolución consiste en que el hombre comenzó andando a cuatro patas y ahora camina en dos, la próxima estación evolutiva será andar con una sola pata. Así es como anda Mariano Rajoy (en la imagen).

Acosado por la corrupción (sí, no menos que el PSOE pero este es triste consuelo de tontos), el presidente del Gobierno ha iniciado un curioso proceso evolutivo acerca de la corrupción. De hecho, hasta hace poco más de un mes, cuando las encuestas le han advertido que va a perder las elecciones, Rajoy se negaba a hablar de otra cosa que no fuera economía. Ahora habla de economía y de corrupción. En la mañana del lunes, para empezar la semana, entrevista en Onda Cero: "Pues claro que nos han hecho mucho daño". Se refiere a la Gürtel  al Caso Bárcenas. Pero ojo, Mariano en sus trece: "las personas involucradas ya no están en nuestra fuerza política y jueces y fiscales han actuado con total libertad".

Hombre Marianao, lo de las "personas involucradas" fuera del PP es mucho decir. La clave está en que Ruz sospecha que tú mismo puedes estar imputado, y tú estás dentro del partido. Imputado por cobrar dinero en B o imputado por presidir un partido que pagaba en B.

Por eso, ha habido que modificar deprisa y corriendo la nomenclatura de los enjuiciados. Ahora ya no habrá imputados sino investigados y encausados. Según el PP y según Felipe González, no deben dimitir hasta el encausamiento. Y otros lo retrasan hasta la condena más o menos firme.

De hecho, Rajoy ya se ha apresurado a cambiar la nomenclatura, con la desaparición del término imputado de la modificación de la Ley de Enjuiciamiento criminal.

Rajoy ya no puede prescindir ni de Soraya ni de Cospedal. Y el problema es que no se fía de la ambición de la primera ni de la competencia de la segunda para tener al partido unido como una piña. Así que no triunfará la reprobación socialista de Soraya ni broncas internas de Javier Arenas o de Carlos Floriano en el PP. Siguen ambas, aunque ambas están muy distanciadas de Rajoy y distanciadas entre ellos mismos.

Pero lo más importante sigue siendo el Caso Bárcenas. Es lo que le preocupa a Rajoy. El PP se empeñó en acabar con el juez Pablo Ruz y ahora ha salido del fuego para caer en las brasas: le toca un juez bastante más sectario como el ex alto cargo de Zapatero, José de la Mata. Este es el problema: un Rajoy que ni imputado piensa dimitir y que tampoco puede permitir que ni su segunda en el Gobierno ni su segunda en el partido, le abran una escisión interior.

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com