• Su gestora, Cobas AM, y Kairos cubren el 77% de la ampliación para impulsar el plan de negocio.
  • Se engancha a la burbuja inmobiliaria bis, como Metrovacesa, que volverá a bolsa cinco años después.
  • Paradójico que hasta la Sareb haga lo mismo con los activos inmobiliarios de los bancos rescatados.
  • Sigue la fiebre de operaciones: la socimi Axiare, pendiente de la OPA de Colonial, vende un edificio en Madrid por 30 millones.

El número de socimis que cotiza en bolsa, junto a las que lo harán en los próximos meses, da una idea de una burbuja inmobiliaria bis en todos los frentes -promoción, alquiler, suelo, viviendas, hoteles o centros comerciales-, con los fondos de inversión o los bancos por medio. En el primer caso, el último ejemplo es la inmobiliaria Metrovacesa, y en el segundo, la promotora Quabit. Quabit ha informado en un comunicado que el 77% de la ampliación de capital lo han suscrito Cobas Asset Management, la gestora del Warren Buffett español, Francisco García Paramés (en la imagen), y la italiana Kairos Investments, que se unen así al plan de inversiones de la socimi. El gestor de fondos García Paramés creó su propia gestora, Cobas AM, después de protagonizar un insólito episodio con su jefe en Acciona, José Manuel Entrecanales, con desenlace imprevisto. Intentó comprar Bestinver, con la ayuda del fondo TA Asociates, Entrecanales se negó, se enfadó después y le echó. No deja de ser paradójico  que proliferen operaciones cuando muchas entidades financieras arrastran todavía los efectos de la primera burbuja. Por eso han malvendido activos o se los han colocado a la Sareb, el banco malo que gestiona los activos de la reestructuración bancaria. Paradójicamente también, la Sareb hará lo mismo: sacar al mercado su socimi, Témpore Properties, con una cartera de 1.400 activos en áreas metropolitanas que gestiona Azora, la misma que está detrás de otra socimi, Hispania, que tiene entre sus inversores al especulador George Soros. Es, en fin, el mismo juego que en la primera burbuja, con los mismos procederes e  intervinientes, que han engordado comprando activos y los colocan después en el mercado bajo otra denominación, las socimis, para aprovecharse de las ventajas fiscales. Otra socimi, Axiare, anuncia también, en un hecho relevante, este miércoles, la venta de un edificio de oficinas de Madrid por 30 millones de euros, mientras está atenta a la OPA lanzada por Colonial. Su presidente, Luis López de Herrera-Oria, rechaza la oferta. El edificio está situado en la calle Fernando el Santo de la capital. Todo en línea, como quien dice, con el mismo apetito que hace años, mientras aumenta a dos dígitos la demanda de viviendas y los precios siguen subiendo. Y si este año ha sido referencia, todo indica que en 2018 seguirá ocurriendo lo mismo. Pero los analistas no hablan de burbujas sino, a lo sumo, de oligopolios financieros, capitaneados por fondos de inversión, cuyo objetivo es el mismo: comprar barato, vender mucho más caro y, aprovechando la demanda creciente, forrarse. Es la doble burbuja: inmobiliaria y bursátil. Ocurrirá también con Metrovacesa, un icono entre las inmobiliarias que dejó cotizar tras la crisis y que volverá al mercado en el primer trimestre de 2018 para convertirte en la primera promotora de la bolsa. La inmobiliaria sigue así los pasos de Neinor Homes y Aedas, las otras dos promotoras que han dado el salto al parqué este año, eso sí, después de haberle endosado suelo sus dos principales accionistas, Santander (70,5%) y BBVA (29,5%), y de la mano de Ismael Clemente (Melin Properties), el gran asalariado de la propiedad inmobiliaria. Rafael Esparza