• Al presidente, Dimas Gimeno, no le gusta el acuerdo pero Florencio Lasaga no le deja maniobrar.
  • De hecho, Lasaga se ha erigido en el albacea de Isidoro Álvarez y en el hombre más poderoso de El Corte Inglés.
  • A sus 80 años, controla la Fundación (38%) y representa también a las hermanas Álvarez Guil (15%).
  • Curiosamente, Martínez Echevarría ha dado un paso atrás y ahora de dedica a administrar su fortuna.
  • La rebelión de las familias de Carlota Areces y de García Miranda es porque deprecia su inversión.
  • Y otro grave problema de El Corte Inglés es el Santander y su control de la financiera.
  • El banco de los Botín no aporta fondos, con lo que se resiente la venta financiada en los grandes almacenes.
  • Y nuestro jeque se aprovecha de todo lo anterior.
Cuanto más se conoce el acuerdo con el jeque qatarí Sheikh Hamad Bin Jassim Bin Jaber Al Thani, peor pinta el asunto. Como adelantara Hispanidad, lo cierto es que no deja de ser un modo de malvender El Corte Inglés. Los qataríes compran barato y encima, de entrada, obtienen una compensación por la emisión de bonos. Oiga, lo lógico es que cuando vendes el comprador sea el que pague, no el que cobre intereses. Y lo peor es que lo que ahora ya no se plantea con qué dinero se van a quedar los qataríes y a qué precio. Ahora lo que se plantea es que el señor jeque quiere hacerse con El Corte Inglés y a precio de saldo. ¿Por qué se lo permiten? Pues porque todos los males proceden del mismo tronco: Isidoro Álvarez se murió sin aclarar su sucesión. Al final, el retorcido conglomerado accionarial de El Corte Inglés que dejara Isidoro puede resumirse así: su sobrino Dimas Gimeno, con las ideas claras por el momento, y al que no le gusta el acuerdo con Qatar, es partidario de que a lo mejor hay que reducir el perímetro en lugar de seguir endeudándose, pero, en cualquier caso, Gimeno manda poco. Para aclararnos, ahora mismo tampoco mandan las hijas adoptivas de Isidoro, las hermanas Álvarez Guil, que tienen el doble de acciones que Dimas (7,5 frente a más de 15%). No, quien realmente manda en El Corte Inglés es Florencio Lasaga (en la imagen), que a sus 80 años se ha erigido en albacea testamentario de Isidoro Álvarez y en representantes de sus dos hijas adoptivas. En conclusión, que Lasaga representa al 37% de la Fundación Ramón Areces, que domina con vara de hierro, y a más del 15% de las hermanas Guil. Curiosamente, su compañero de siempre, Martínez Echavarría, no manda tanto. La historia dice que don Carlos es mucho más vehemente que Lasaga (tiene diez años menos) pero ahora se dedica a administrar su fortuna, apoyar a Florencio y a casar a sus hijos. Y para Lasaga las negociaciones con Qatar ya las inició Isidoro Álvarez. Ergo hay que ejecutarlas a cualquier precio. Y el jeque, naturalmente, se aprovecha. Por otra parte, El Corte Inglés tiene que afrontar sus actuales relaciones con el Banco Santander, que controla la financiera de El Corte Inglés. El banco de los Botín no aporta fondos, con lo que se resiente la venta financiada en los grandes almacenes y, encima, mantiene el control sobre ese punto neurálgico de la compañía. En otras palabras, que ni come ni deja comer. Por tanto, el problema no es que las familias García Miranda o Carlota Areces protesten. Claro que protestan: esta operación diluirá su capital y, en cualquier caso, depreciará su patrimonio. Yo también protestaría. Por eso se oponen a cualquier cambio de Estatuto y por eso están dispuestos a llevar el asunto a los tribunales. Ahora bien, harían bien esas dos ramas de la familia fundadora, que juntan un 17% del capital, en apoyar al único que ahora mismo tiene capacidad y ganas para remontar: Dimas Gimeno y su equipo de jóvenes colaboradores. Y no lo están haciendo nada mal en el día a día. Están elevando las ventas, lo que constituye la premisa primera y la conclusión última del negocio. Lo único que le falta a Gimeno es el poder. Porque, insistimos, El Corte Inglés debe decidir entre reducir actividad, incluido el cierre de centros y de segmentos de venta, o continuar apalancándose. Lo lógico es optar por lo primero, para volver a la deuda 'cero', que implantara Ramón Areces y que constituyó la clave del éxito de su novedosa fórmula. Eulogio López eulogio@hispanidad.com