Vox sospecha de un posible pucherazo. El pasado lunes, el partido de Santiago Abascal pedía el recuento manual de los votos en la comunidad valenciana bajo la sospecha de que hay “demasiados” nulos, “un poco extraño”. Así, José María Llanos, presidente del partido en Valencia, pedirá a la Junta Electoral Central una revisión manual de los sufragios. Añadía que muchas papeletas de Vox aparecieron dañadas.

Por otra parte, Iván Espinosa de los Monteros, vicesecretario del partido, se preguntaba por las redes sociales “¿Cómo es posible que ni el PP ni el PSOE hayan querido tocar nunca el sistema electoral que -evidentemente- siempre beneficia a los nacionalistas, y siempre perjudica a España?”. Se refiere el vicesecretario al reparto de los escaños, que, según la ley D'Hont, supone un precio distinto para cada grupo de cara a conseguir un diputado en el Congreso. Así, mientras que el PSOE necesita unos 60.000 votos para conseguir un representante, Vox requiere más de 111.000 sufragios.

Y ya que hablamos de recuento, conviene recordar la importancia del papel de Indra -empresa con experiencia en la creación de sistemas de recuentos de votos. Según fuentes a las que ha tenido acceso Hispanidad, Hugo Chávez se puso en contacto con la empresa. Finalmente, comunicó a los responsables que no le interesaba su sistema porque no se podía manipular. Ahora bien, con más de cuarenta años de experiencia, la empresa fue el foco de críticas junto al Gobierno de Macri debido a la falta de transparencia en el proceso. No obstante, Indra emitió un comunicado alegando que no llevó “ningún tipo de manipulación en ninguna elección en las que participó, tanto en Argentina como en el exterior”.