PSA ha logrado beneficio récord en 2019, pese a la caída de ventas (-10%). Una mejora notable de la rentabilidad del grupo automovilístico francés, gracias a la eficiencia del modelo de negocio y del espíritu luchador, según ha destacado el presidente ejecutivo, Carlos Tavares. Y esta mejora llega antes de “entrar en una nueva era con el proyecto de fusión” con el grupo italo-estadounidese FCA y ha sido aplaudida por la bolsa gala: las acciones de PSA han subido un 4,75% frente al CAC40 (+0,09%). 

El beneficio neto de PSA (Peugeot, Citroën, DS, Opel y Vauxhall) ha ascendido a 3.201 millones en 2019, lo que supone un 13,2% más respecto al año anterior, debido a la reducción de costes y un buen mix de producto, que han permitido compensar el tipo de cambio negativo y el alto precio de materias primas.

El beneficio operativo corriente alcanza los 6.324 millones (+8,5%) y la cifra de negocio asciende a 74.131 millones (+0,9%)

Por su parte, el beneficio operativo corriente ha alcanzado los 6.324 millones (+8,5%), de los que 5.037 millones (+0,9%) han correspondido a la división de automóvil. Y el flujo de caja libre se ha situado en 3.265 millones en el área automovilística.

La cifra de negocio del grupo ha ascendido a 74.131 millones (+0,9%), pese al desplome de las ventas (-10%, hasta 3,49 millones de coches). Tavares ha destacado que los equipos “han dado de nuevo lo mejor de sí para conseguir grandes resultados” y ha añadido que están “preparados para la transición energética” y “concentrados para ofrecer a nuestros clientes una movilidad limpia, segura y accesible”. Algo que será fundamental en la nueva era que quiere comenzar con su fusión con FCA (Fiat, Chrysler, Alfa Romeo, Jeep, Abarth, Lancia, Maserati y Dodge), que dará lugar al cuarto fabricante automovilístico del mundo.