Los oponentes del Cristianismo creerán en cualquier cosa menos en el cristianismo”. No he podido por menos que recordar la frase de Chesterton cuando veía una entrevista-propaganda de RTVE con Vicente Romero, un hombre para la tolerancia, donde, como Paco Umbral, pero con menos sinceridad, venía a hablar de su libro: Tierra de Zombies.

El vudú es espiritismo y satanismo a partes iguales, que han tenido su vida más floreciente en Haití. El vudú solo tiene un objetivo: esclavizar a las almas, crear zombies, con ayuda de sustancias que afectan al cuerpo. El vudú es, en definitiva, una fábrica de esclavos.

Pero ahí tienen a don Vicente, desde la muy seria y progresista tele pública, alabando la brujería-vudú, una religión “liberadora”. Y así, don Vicente ya totalmente zombi nos habló de que más difícil que creer en el vudú era creer en un dios uno y trino o en una virgen que sea virgen después del parto.

Estamos dispuestos a creer cualquier majadería con tal de que no sea cristiana y, en especial, si es anticristiana

Y siguió y siguió: el vudú es de lo más igualitario, lo que recuerda al anillo aquel para “gobernarlos a todos y atarlos en las tinieblas”. Pero a todos por igual, ¿eh? O sea, de lo más igualitario. Es mas, nos habló de las 16 reencarnaciones, ocho masculinas y ocho femeninas. Por lo de la igualdad.

Se me olvidaba, según don Vicente fue el vudú quien “liberó a los negros de la esclavitud”.

Luego vino una referencia al brazo incorrupto de Santa Teresa, que Vicente comparó con aquel canalla sangriento de Haití, Papá Doc (François Duvalier) quien tenía la cabeza de su enemigo disecada, sobre la mesa del escritorio. Muy bueno Vicente: es lo mismo.

Es una religión más con sus aspectos positivos y negativos, como la católica, la musulmana, etc. Genial.

A mí me ha convencido. Me voy a convertir al vudú con ánimo de hacerme zombi. Y esto, porque demuestra que estamos dispuestos a creer cualquier majadería con tal de que no sea cristiana y, en especial, si es anticristiana.