El nuevo Gobierno de la Generalitat, con el que Pedro Sánchez asegura querer abrir un periodo de diálogo y concordia, no acudirá a la cena con el Rey de España, su Rey. Ni los burgueses de la antigua Convergencia, ni los proletarios de ERC, socios de Sánchez, acudirán al acto programado por el Círculo de Economía.

En paralelo, Gabriel Rufián y Jaume Asens, portavoces parlamentarios de ERC y Podemos exigían la abdicación de Felipe VI en el caso de que no se aviniese a firmar los indultos.

Lo que no entendemos: el sueño de Pedro Sánchez es convertirse en el primer presidente de la III República. Y se lo están poniendo como a Fernando VII

La verdad es que es una apuesta ganada, porque el Rey Felipe VI no ha dejado de ceder ante la peligrosa vaharada republicana que inunda España. Desde que Jaime Alfonsín reina en Zarzuela, la monarquía española habita en la política de supervivencia, aquella que conduce más rápidamente a la muerte. Ceder para continuar… y el que venga detrás que arree.

Pero había que dejar claro quién manda o quién es más maleducado, papel que corresponde a ERC y Podemos.

Nuevo desprecio de la Generalitat al Rey mientras Sánchez insiste en los indultos. En Madrid, ERC y Podemos -los socios del PSOE- utilizan el Parlamento para exigir la abdicación del Monarca

Mientras, en uno de esos ejercicios de fariseísmo que estoy seguro él mismo se cree, Pedro Sánchez se rasga las vestiduras y Pablo Casado se esconde… ante las palabras de Isabel Díaz Ayuso sobre el brete en que la firma de indultos coloca a Felipe VI.

Pues no, la presidenta madrileña no ha metido la pata: el Rey no gobierna, es cierto, pero sí reina: no puede ser un estafermo. Una cosa es que no sea legalmente responsable de lo que firma y otra que no lo sea moralmente. Además, el artículo 62 le otorga unos poderes -es el Jefe del Estado, caramba- del que muchos parecen olvidarse.

El Gobierno se rasga las vestiduras y Pablo Casado se esconde ante las palabras de Ayuso. Pues no, la presidenta madrileña no ha metido la pata: el Rey no gobierna, pero tampoco puede ser un estafermo

El problema es doble: por un lado, lo que nos cuesta tanto entender: el sueño de Pedro Sánchez es ser Rey de España. Como no puede serlo por sangre, pretende convertirse en lo más parecido a un monarca: en presidente de la III República española. El principal enemigo de la histórica Monarquía española no es ni ERC, ni Podemos, ni los separatismos vascos y catalán. La principal enemiga de Felipe VI es la egolatría de Pedro Sánchez.

Desde que Jaime Alfonsín reina en Zarzuela, la monarquía española habita en la política de supervivencia, ceder para continuar, aquella que conduce a la muerte súbita

Al mismo tiempo, al Rey se le acaba el tiempo. Felipe VI debe rehabilitar a su padre, Juan Carlos I, rey en el exilio, exilado por su propio hijo. Porque Pedro Sánchez no habría podido crecerse tanto si el propio Felipe VI no hubiera traicionado a su padre. Primero, Felipe VI abdicó de su padre. Ahora, le exigen que abdique él. Sánchez, lo único que ha hecho es aprovecharse de la situación para conseguir su monárquico sueño republicano.

Y se lo estamos poniendo como a Fernando VII cuando le dejaban ganar al billar.