Este martes, en la presentación del proyecto de Presupuestos para 2018 en el Congreso, Cristóbal Montoro se ha rajado ante el PNV, pues ha defendido el cupo vasco, a pesar de la traición de este partido. Ante la pregunta de Hispanidad, ha señalado que “el Gobierno no fue generoso con el cupo vasco, aplicó la ley”, concretamente “la misma que estaba vigente y había que revisar, ya que había un incumplimiento de plazo y la había vencido”.

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“La ley del cupo es una ley y hay que cumplirla, no descalificarla”, ha subrayado el ministro de Hacienda, haciendo un llamamiento a los críticos: “a las Cámaras se traen propuestas alternativas y no calificativos”. El cupo vasco está reconocido por “la sensibilidad que reconoce la Constitución, que ha hecho posible la convivencia de los españoles, el crecimiento económico y el bienestar”, ha añadido.

"La ley del cupo es una ley y hay que cumplirla, no descalificarla", subraya el ministro de Hacienda

“No se mira tanto al régimen económico fiscal de Canarias o el de Ceuta y Melilla; estos les parecen bien, no es discriminar”, ha señalado Montoro. Todo esto para pronunciarse sobre las declaraciones del Defensor del Pueblo en funciones, Francisco Fernández Marugán, quien ha afirmado que el cupo vasco es constitucional, pero también que su cálculo contiene “variables y parámetros irrazonables o absurdos” y “no es un modelo de transparencia”.

Claro que Montoro no ha dicho nada sobre la actual posición de los nacionalistas vascos, que se niegan a negociar los Presupuestos si el artículo 155 sigue en vigor en Cataluña. Una traición en toda regla supone la alianza entre separatistas y comunistas y más en el caso de los vascos, teniendo en cuenta lo caro que salió el sí de sus cinco diputados a los PGE de 2017.

 

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