El Parlamento de Portugal aprobó el pasado 29 de enero la ley que legaliza la eutanasia. La norma abre la posibilidad a que las personas mayores de 18 años con enfermedades incurables o situaciones de sufrimiento grave soliciten asistencia a un médico para quitarse la vida.

En total votaron a favor 136 diputados, en contra 78 (incluyendo 9 socialistas contrarios a esta práctica) y hubo 4 abstenciones.

Pero la norma debía ser firmada por el recientemente (en enero) reelegido presidente, el católico Marcelo Rebelo de Sousa, quien ya vetó la ley de vientres de alquiler y la de ‘identidad de genero’.

¿Y qué ha pasado? Que Rebelo de Sousa lo ha vuelto a hacer y ha frenado Ley de Eutanasia.

En concreto, según explica Religión en Libertad, el también catedrático de Derecho Constitucional sospecha -o, más probablemente, ve muy claro- que la citada ley de eutanasia es incompatible con la Constitución y la ha remitido al Tribunal Constitucional para que la examine. Después de que el Tribunal analice el texto, el presidente tiene la capacidad de vetar la ley.

Rebelo de Sousa  explicó en la carta que dirigió al Tribunal que la ley de eutanasia está redactada de forma vaga y llena de conceptos indeterminados e indefinidos.

Así, especifica que «el artículo 2 recurre a conceptos excesivamente indeterminados en la definición de los requisitos para permitir la despenalización de la muerte médicamente asistida», escribe el presidente luso en la carta dirigida al presidente del Tribunal Constitucional portugués, João Caupers, publicada en la página oficial de la Presidencia de la República.

El jefe de Estado de Portugal puede remitir normas al Constitucional o también ejercer poder de veto, "absoluto" para las leyes aprobadas directamente por el Gobierno y "relativo" si proceden del Parlamento

Rebelo de Sousa indica que «al Parlamento portugués le competía haber especificado en su redacción con más detalle los requisitos en los que se podrá realizar la eutanasia sin ser penalizado por ello». Considera que la ley "crea una situación de inseguridad jurídica que habría que evitar en una materia tan sensible”, explica el mismo medio.

Rebelo de Sousa explica que según se entiende del texto la ley «permitirá la eutanasia cuando así lo decida una persona mayor de edad por voluntad propia y en situación de sufrimiento intolerable», lo que, tal como está escrito, considera inconstitucional.

El jefe de Estado de Portugal puede remitir normas al Constitucional o también ejercer poder de veto, "absoluto" para las leyes aprobadas directamente por el Gobierno y "relativo" si proceden del Parlamento.

Otra opción que tenía el presidente portugués al recibir la ley era vetarla directamente, pero entonces volvería a la Asamblea de la República, los diputados volverían a votarla y, probablemente, a aprobarla, recuerda Religión en Libertad.