El beneficio bruto de explotación (Ebitda) de Euskaltel alcanzó los 252,9 millones de euros hasta septiembre, un 15,3% más que un año antes. La teleco vasca ganó 46,4 millones en los nueve primeros meses del ejercicio, un 41,4% más que en 2017, con unos ingresos que aumentaron un 17,4%, hasta los 521,1 millones.

Sin duda, los resultados presentados este lunes por la teleco vasca -que adquirió la gallega R y la asturiana Telecable- son buenos. Los accionistas pueden estar contentos porque, además, la compañía anunció un dividendo a cuenta de 14 céntimos. La evolución de la compañía promete, más aún después de conocer los planes de Zegona, segundo máximo accionista (15%), tras Kutxabank (21,3%). El fondo británico quiere controlar la gestión y ha lanzado una opa parcial para llegar hasta el 29,9%.

 La evolución de la compañía promete, más aún después de conocer los planes de Zegona

En otras palabras, quiere desbancar al PNV y hacer de Euskaltel una teleco de ámbito nacional bajo la batuta del ex consejero delegado de Jazztel, José Miguel García. Recuerden cómo el PNV sustituyó a Fernando Ojeda -no era ni vasco ni nacionalista- por el donostiarra Francisco Arteche.

En ese contexto es más que razonable pensar en una operación corporativa con MásMóvil. Euskaltel quiere crecer y Providence, máximo accionista de MásMóvil, quiere vender. Ahora bien, John Hahn, responsable de Providence, no lo hará a cualquier precio. Busca un pelotazo, similar al que dio con la venta de ONO a Vodafone.

El fondo británico quiere controlar la gestión y ha lanzado una opa parcial para llegar hasta el 29,9%

Hay un problema: Euskaltel no puede comerse a MásMóvil porque, aunque gana más (252,9 millones de ebitda, frente a los 228,5 millones de MásMóvil), vale menos en bolsa: 1.314 millones frente a los 2.371 millones de su rival. El detalle es importante y se une a otro no menos definitivo: Hahn, y el CEO de MásMóvil, Meinrad Spenger, no quieren fusionarse; quieren vender.

Donde sí encaja MásMóvil es en Orange, el que se tragó a Jazztel. En cualquier caso, lo que parece claro, como dicen en la propia Orange, es que no hay sitio para el cuarto operador.