El pasado sábado día 1 de junio SM el Rey Felipe VI presidía el Día de las Fuerzas Armadas, en Sevilla, con la titular de Defensa y sin la presencia del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez quien no está dispuesto a ser silbado y ‘mofado’ por la “derecha militarista”. Porque si hay algo que la egolatría de Sánchez no puede soportar es un silbido televisado, una reprobación pública. La mayoría social o está con él o no es mayoría. 

Una patria no es una unidad geográfica o política: es una cosmovisión, hija de la historia. En España, historia y cosmovisión cristianas

Al tiempo, SM Juan Carlos I despedía de su vida pública, todo ello, pocos días después de que se cumplieran 100 años desde que Alfonso XIII, bisabuelo del actual monarca, consagrara España al Sagrado Corazón de Jesús, (30 de mayo de 1919) tras recibir el mayor aldabonazo masónico, aldabonazo directo, donde se le exigía el divorcio terminar con la enseñanza religiosa y marginar a los católicos en tareas de Gobierno.

En 2019 la Festividad del Sagrado Corazón se traslada al 30 de junio y me consta que al Rey actual se le ha pedido que repita la consagración de España al Sagrado Corazón realizada por su bisabuelo, en calidad del jefe del Estado, aunque la petición no ha llegado de donde debía haber llegado: de los obispos españoles y con formato oficial.  

No confunda, don Felipe, la causa con el efecto: España nos une por su espléndido pasado cristiano. Si no es por eso, en lugar de unir, separa

En cualquier caso, ¿alguien piensa que el Rey haría caso a una petición así? ¿Se atrevería a romper con el ambiente que le tiene aherrojado, es decir, con lo políticamente correcto?

El asunto tiene su enjundia, y su pertinencia, dado que en Sevilla, el pasado sábado 1 de junio, fue donde el Rey pronunció estas palabras: “Por España, lo que más une”. De acuerdo, Majestad, pero, ¿de qué España habla usted?

¿Qué puede sustituir al cristianismo como raíz de España? ¿El cambio climático? ¿El feminismo? ¡Por favor!

Su padre, su abuelo y su bisabuelo eran una poco golfos, los tres, pero hoy se plantearían, los tres, consagrar España al Sagrado Corazón de Cristo. Y esto porque sabían que una patria no es una unidad geográfica o política: es una cosmovisión, hija de la historia. En España, historia y cosmovisión cristianas.

No confunda, don Felipe, la causa con el efecto: España nos une por su espléndido pasado cristiano. Si nos olvidamos esto en lugar de unir, separa.

¿Qué puede sustituir al cristianismo como raíz de España? ¿El cambio climático? ¿El feminismo? ¡Por favor!

¿Significa ese patriotismo cristiano que para ser español hay que ser santo? No, pero sin santos España continuará sumergida. En cualquier caso, no se está pidiendo una España de santos, sino una cosmovisión cristiana de la existencia.

Y no por la Iglesia, sino por España y por los españoles, un país que no puede reconocerse en otro molde que el molde católico.

¡Marque territorio, Majestad! ¡Atrévase!