• Los sindicatos hablan de la mitad de los trabajadores: entre 4.000 y 5.000.
  • Es el cuento de nunca acabar: el Santander redujo su plantilla en unos 1.400 empleados en 2016.
  • Y el Popular cerró el último ERE (junio 2017) con 2.592 salidas.
  • Los sindicatos avisan: la negociación será dura.
Hasta los más optimistas admiten que habrá cierre de oficinas y ajuste de plantilla en el Popular. Eso no lo discute nadie, entre otras razones, porque las duplicidades en algunos lugares saltan a la vista. La incógnita está en la magnitud final del ajuste, algo que para muchos empleados será excepcionalmente importante a pesar de las palabras que la presidenta del Santander, Ana Botín, les trasladó el mismo día 7 de junio. "Vamos a hacer las cosas de una manera sencilla, personal y justa hacia vosotros", les aseguró. Sea como fuere, los sindicatos hablan abiertamente de una reducción de entre 4.000 y 5.000 empleos, cerca de la mitad de los 10.500 trabajadores que posee el Popular a día de hoy. Un ajuste sin precedentes y que adquiere mayor dimensión si se tiene en cuenta que el último ERE que el banco cerró el 30 de junio, supuso la salida de 2.592 trabajadores, el 20% del total. No fue el único, porque el Santander también redujo su plantilla en España con un ERE que afectó a cerca de 1.400 empleados. Es decir, entre los dos bancos acumulan un ajuste de unos 4.000 trabajadores, sólo durante el último año. La buena noticia es que nada de esto ocurrirá hasta que no concluya la integración del Popular en el Santander, prevista para dentro de un año y medio o dos. Será entonces cuando, además, desaparecerá definitivamente la marca Popular (y Pastor en Galicia). Así las cosas, fuentes sindicales han anunciado este jueves, en declaraciones a Bolsamanía, que, cuando llegue el momento, "seremos más beligerantes pues ya se han producido muchísimos recortes de empleo tanto en el sector como a nivel particular en estas entidades". Pablo Ferrer pablo@hispanidad.com