• Y los mercados empiezan a alejarse del hombre de los mercados.
  • Ni ha presentado un plan de saneamiento, ni le sale la ampliación de capital.
  • Como ya adelantara Hispanidad, Saracho ha conseguido cabrear a todos y levantar todas las sospechas.
  • Y si hablamos de fusión, Guindos consolida la opción de Bankia como principal alternativa.
  • No obstante, el Santander sigue presionado y el BBVA espera salvar el veto del Gobierno.
El domingo, los dos diarios más vendidos de España, El País y El Mundo, atacaron duro al presidente del Banco Popular, Emilio Saracho. Si vamos a buscar orígenes e influencia, todos sabemos que en materia bancaria el Banco de España -quizás como larga mano del BCE- influye en El País y que el gran protagonista de la gestión bancaria (o del poder bancario), Luis de Guindos influye en El Mundo. Pues bien, ambos, desde trincheras distintas y desde planteamientos distintos, han puesto en solfa la figura de Emilio Saracho, algo que lleva repitiendo Hispanidad. Parte de la culpa la tiene el propio Saracho, que ha dado demasiados bandazos y ha lanzado un mensaje equívoco. Se le fichó para sanear el Popular y no se ha planteado un plan de saneamiento, e incluso se ha puesto en solfa cuál es el agujero real. Eso no gusta ni a los accionistas ni a los fondos. Además, no parece que la ampliación de capital se vaya a realizar de inmediato: ni con accionistas minoritarios ni con fondos. Es más, el mercado no sabe qué opinar y todo indica que Saracho, un hombre especialmente de mercado, se dirige a una fusión. Pero también aquí hay discrepancias. Después del no del Santander (que está presionado por el poder y si dice sí lo hará a costa de Saracho), el nuevo presidente del Popular ha optado por el BBVA, el único que había mostrado interés que ya ha había presentado una oferta durante el periodo Ángel Ron. Ahora bien, el ministro Luis de Guindos tiene la convicción de que si vamos a la fusión directa, lo lógico es una fusión Bankia-BMN-Popular. Por las razones ya publicadas: a Bankia le sobran recursos propios y le falta negocio. Al Popular, le faltan recursos propios y puede aportar negocio doméstico. Por ejemplo, con pymes. Ahora bien, esa fusión debe contar con Bruselas (hablamos de una entidad intervenida, dos, si cuentan BMN), por lo que precisaría tiempo para poner orden en el tablero. Y sí, Saracho, dispone de ese tiempo, salvo que siga cometiendo errores, sobre todo de indecisión, y prosiga la retirada de depósitos y de confianza. Eulogio López eulogio@hispanidad.com