• Y obliga al Gobierno a proteger al Santander frente a los accionistas de Popular.
  • Y encima el informe Deloitte, en el que se basó la intervención, es declarado secreto: hay que tener jeta.
  • ¿Estamos hablando de una ayuda pública de Europa al Santander por la puerta de atrás? Tal parece.
  • Dos tipos de demanda: la ampliación de capital de 2016.
  • Se abren dos demandas: contra el Banco Popular, sobre todo contra el equipo Ángel Ron, por la ampliación de 2016.
  • Y una segunda vía contra la Junta de Resolución Europea (JUR)… que encima traspasa su responsabilidad al Gobierno Rajoy.
El Gobierno Rajoy cedió ante Bruselas y Fráncfort, ante la Junta Única de Resolución (JUR), un aquelarre bruselino presidido por la inquietante Elke König (en la imagen). Permitió que en una noche de brujas Europa le chuleara y que el Popular, que a cierre de mercado valía 1.300 millones de euros, se regalara al Santander por un euro. A partir de ahora tendrá que ceder en todo. Recuerden lo del lunes: Guindos asegura que será Europa quien corra con los costes provocados por los tribunales y la Comisión le dice que según depende. Está claro: el Gobierno Rajoy manda en Europa lo que un gitano en un juzgado. Ahora, la JUR y el BCE se crecen y exigen que el Gobierno español defienda al Santander contra los accionistas del Popular. Vamos, que los 300.000 perdedores no tendrían ni derecho al pataleo. Porque protegiendo al Santander, la JUR y el BCE certifican su abuso y promulgan que no hay marcha atrás. Pero hay más. Con la jetadura de quien se siente impune, ahora la JUR, cuando los damnificados empiezan a organizarse, filtra que no dará a conocer el informe Deloitte. La propia auditora ya ha dejado claro que una cosa es hacer un informe sobre un banco en funcionamiento y otra sobre un banco en liquidación. O sea, que la JUR y el BCE, ya habían decidido que el Popular era viable antes de que el informe encargado para ello asegurara que no era viable. El pitorreo chulesco de la JUR llega a tal proporción que justifica la intervención del Popular con argumentos tan profundos como que la prensa no ayudaba (en eso tiene razón pero esa no es una razón para intervenir) e incluso aseguran que hubo un motivo que no va a explicar porque es demasiado fuerte: pues oiga, si es demasiado fuerte para decirlo, también lo es para enumerarlo. Ahora se abren dos vías judiciales: contra el Banco Popular, por parte de los accionistas que acudieron a la ampliación de 2016. Y contra Europa, por una chapuza de intervención y un posible engaño de la JUR que quería dar escarmiento con un banco de un Gobierno débil como el español, que no sabe dar un puñetazo encima de la mesa. La primera le importa poco a Bruselas y Fráncfort pero la segunda sí. El Gobierno español ya está vendido por haber entregado el Popular, peor al menos debería preocuparse de que esta tomadura de pelo no se volviera a repetir y de que el chuleo europeo no se vuelva a repetir. Eulogio López      eulogio@hispanidad.com